Importante victoria de la Punta del Caimán, sobre uno de los gallitos de la categoría que poco pudo hacer para evitar el tropiezo. Los rosaleños dispusieron de la primera ocasión de gol en el minuto 10. Balón que recibe Antonio Souto que chuta y el portero Juampe rechazó el esférico.

El conjunto fronterizo tenía cogida la medida al partido, ya que esperaba agazapado junto a su portería para robar y montar peligrosos contragolpes. En uno de ellos a punto estuvo de adelantarse en el marcador por mediación de Pedro, que con todo a su favor lanzó su disparo fuera.

Los propietarios del terreno se mostraban espesos y al filo del descanso el Rosal volvió a rondar con peligro el área. Fue tras un saque de banda, se produjo una indecisión de la defensa local y el balón le llegó a Antonio Souto que, estaba libre de marca y después de ver la salida del meta, lanzó una vaselina que se estrelló en el larguero y luego salió fuera. La primera mitad finalizó con empate sin goles.

En la continuación la tónica fue la misma, pero nuevamente en un saque de banda la pelota fue dirigida sobre Mario que disparó, aunque el balón se marchó fuera.

El técnico local, Manuel Revidiego, realizó varios cambios para intentar cambiar la dinámica del choque. Uno de los jugadores de refresco que entró, Jota, recibió el cuero dentro del área de espaldas a la portería, se revolvió y lanzó un tiro que el cancerbero desvió para que se estrellase en el poste y se marchara fuera.

El Rosal seguía con la baza de los contraataques y de nuevo su mejor jugador, Antonio Souto, consiguió plantarse delante del portero para disparar y obligar a Juampe a emplearse a fondo para repeler el cuero.

Cuando se llegaba a la recta final del enfrentamiento Pepe Mejías recibió un balón en la banda, centró al segundo palo y Finito, que llegaba desde atrás, lo controló y fusiló al portero para colocar el 1-0 en el resultado final.

Ya sobre la bocina el Rosal rozó la igualada. Fue después de un saque de esquina que David Martínez remató con la cabeza y Pepe Mejías sacó la pelota bajo palos cuando ya se dirigía al interior del marco del cuadro local.