El Celta goleó al Deportivo en el derbi gallego en un duelo del que salió muy tocado el conjunto de Gaizka Garitano, que no mereció una derrota tan dura.

El guión del partido fue el esperado. El Celta, fiel a su estilo, salió a dominar y no tardó en encerrar al Deportivo en su campo. El balón fue de los celestes, pero su rival, con las líneas muy juntas, apenas sufrió. Con el chileno Tucu Hernández bien sujetado en la medular y con Iago Aspas demasiado solo en punta, el Celta se encomendó a la movilidad de Orellana para abrir la lata coruñesa. Por él pasaron todas las acciones de peligro de su equipo en el primer tiempo, que fueron pocas. La primera llegó en el minuto 12: Orellana abrió para Hugo Mallo, éste sacó un buen centro y el remate de cabeza de Wass lo desvió Germán Lux con una gran estirada.

Esa acción asustó al Deportivo, que retrocedió un par de metros más. El dominio vigués se hizo más abrumador y sobrepasada la media hora de juego Hugo Mallo desató la locura en Balaídos con un gran gol de Hugo Mallo, después de una asistencia de Orellana. Pero la alegría le duró menos de diez minutos a la afición viguesa, ya que Albentosa, tras una falta lateral ejecutada por Fajr, igualó con un espectacular remate de cabeza. Y pudo ser peor para el Celta, porque en la última jugada de la primera parte el Deportivo tuvo una clarísima ocasión para marcharse por delante a los vestuarios.

Mejoró el equipo de Garitano en la segunda parte, mucho más ofensivo. Logró quitarle el balón al Celta y por ahí le hizo daño. Pero un penalti de Sidnei oxigenó a los locales. Iago Aspas se quitó un peso de encima al marcar su primer gol al eterno rival. El Deportivo se estiró, pero fue el Celta el que volvió a golpear por medio de Orellana, que hizo el tercero, y Iago Aspas cerró su gran actuación con el 1-4 final.