Cuando hay argumentos, que los hay, todo se basa en la actitud, en querer. Es así de simple. No se puede secuestrar el talento. El Cartaya dio rienda suelta, después de recibir dos avisos serios de forma consecutiva, a su fútbol y el Almodóvar del Río fue un juguete roto a manos de los de Limón desde el minuto uno de partido. A estas horas surge la pregunta. ¿Fue el Cartaya o ayudó el rival? Es lo siempre. Pero queda la impresión de que el conjunto cartayero puso más que su oponente para que ayer fuese primavera en el municipal, a pesar de lo desapacible de la tarde.

Al minuto de partido ya caminaba por delante el conjunto local. Oliveira, a la salida de un córner, conectó la cabeza para poner la pelota en la misma escuadra de León. Fue un alivio al mismo tiempo que una nueva forma de vivir. El Cartaya ya anunció casi desde el calentamiento que iba a comerse el mundo. Un poco obligado por lo timorato de sus actuaciones precedentes. Para entonces, el Almodóvar ya temblaba de forma ostensible. Es más, no se tenía en pie, luego era cuestión de tiempo que fueran cayendo los goles.

Con la defensa situada en el centro del campo y con los laterales en la propulsión atacante, el balón y el partido eran de los muchachos de Limón, que aumentaron la cuenta a la media hora de juego. Pitu, que ya lleva tres goles, marcó el segundo, y siete minutos más tarde fue Canito el que se inventó una obra de arte. Agarró el balón dentro del área, hizo un reverso y con la zurda metió el balón por la escuadra derecha del conjunto cordobés. Era su primer gol de la temporada e hizo méritos para poner en pie al campo entero.

No dio más de sí la primera parte, pero la segunda arrancó exactamente igual que el partido, con otro gol del Cartaya, de Franci Ruiz, al minuto de la reanudación a la salida de un córner. El gol abrió el panorama para que los jugadores de banquillo tomaran protagonismo, esencialmente David Novoa, que debutaba después de aterrizar procedente del Recreativo de Huelva.

Fueron transcurriendo los minutos y la lectura que dejó el partido fue medianamente clara. El Cartaya tiene una plantilla concebida para jugar al fútbol, para situarse en el mando del partido y para asumir responsabilidades y dominio. Así fue ante el Almodóvar y de ahí el fútbol y el marcador final. Ahora se trata de insistir en la fórmula. Todo lo contrario sería volver a caer en un error imperdonable.