Habita el Decano en una dicotomía bastante compleja. Lo primordial, y en lo que se están centrando la mayoría de los esfuerzos, es salvar al club de su desaparición y conseguir que la próxima temporada vuelva a competir en Segunda División B, pero ello no puede detener el desarrollo de la planificación deportiva porque si el Recre logra superar su delicada situación institucional saldrá trastabillado en la confección del plantel que defenderá la elástica albiazul durante la campaña 2016/2017.

En la actual plantilla hay ocho jugadores que terminan contrato y que tienen muy complicada su continuidad por diversos motivos, siendo el meta Rubén Gálvez el que más interesaría a nivel deportivo y el que mejor se podría ajustar a las condiciones del nuevo proyecto albiazul. Edu Moya, Carlos Delgado, Diego Jiménez, Álvaro Moreno, Manu Molina, Keita y Arthuro acaban el próximo 30 de junio su vinculación contractual con el Decano y con casi toda seguridad tendrán que continuar con sus carreras lejos del Nuevo Colombino.

El resto de integrantes de la plantilla recreativista tienen contrato en vigor. Arturo Cordero, Zamora, Ale Zambrano y Cristian Fernández tienen un año más de contrato y a ellos se han ido sumando Jesús Vázquez, Núñez, Miguelito y Waldo, que tenían cláusulas parecidas en las que quedaban automáticamente renovados tras alcanzar un número de partidos disputados y los cuatros han rebasado la cifra que figura en sus acuerdos, por lo que si quisieran salir tendrían que negociar con el club. Hasta 2018 pertenecen al Decano Mario Marín, José Alonso, Dani Molina, Ernesto, Antonio Domínguez y Rubén Mesa.

Así, son 14 las licencias que tendría ocupadas el Recre en principio, ocho menos de las 22 que permite, como máximo, la reglamentación de la Federación Española para los clubes de Segunda División B. No obstante, en este grupo de jugadores hay futbolistas que no interesarían al club, bien por su elevado salario -que podrían renegociar si tuvieran la voluntad de continuar en Huelva- o bien porque su rendimiento deportivo no ha llegado al nivel esperado por el club con su contratación. También hay casos como el de Dani Molina, que tiene ofertas de otros clubes y que podría salir en forma de traspaso.

Así, al Recre le urge conocer su destino porque el 30 de junio podría ser tarde para lograr confeccionar una plantilla que ya parece tener una base importante, pero que tendrá habrá que completarla en unas condiciones especiales porque el Decano vivirá en la austeridad económica y jugará con las bazas de su historia, el peso de su escudo y la grandeza de su afición para atraer jugadores de interés.