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Nibali confirma su renacer en Turín

  • El italiano se viste de rosa por segunda vez en su carrera Chaves y Valverde no se bajan del podio final

Vincenzo Nibali (Astana) terminó vestido de rosa la 99 edición del Giro, que concluyó en Turín, y escribió por segunda vez su nombre en la ronda italiana, que tuvo un podio final exclusivamente latino con el corredor de Messina, el colombiano Esteban Chaves (Orica) y Alejandro Valverde (Movistar).

La vigésima primera y última etapa terminó con la victoria al sprint de Giacomo Nizzolo (Trek) en una jornada que sólo se animó cuando el pelotón llegó al circuito urbano final, al que tuvo que dar ocho vueltas.

A bordo de una bicicleta de color rosa, Nibali disfrutó de un trayecto relajado durante el que ofreció a los fotógrafos todo tipo de poses.

Además de podio final con Nibali, Chaves y Valverde, el cuadro de honor del Giro lo completaron Nizzolo (Trek), como maillot rojo por puntos; Bob Jungels (Etixx), de blanco como mejor joven; y Mikel Nieve (Sky), con el azul de rey de la montaña.

Después de vivir todo el abanico de sensaciones, pasando del tormento de la crisis a la resurrección en la penúltima jornada alpina y al éxtasis del triunfo final con su exhibición en solitario del sábado, Nibali sucedió a Alberto Contador como ganador del Giro más abierto de los últimos años.

Steven Kruijswijk (Lotto), quien acariciaba la gloria cuando el antepenúltimo día afrontaba como líder sólido la primera etapa alpina, recorrió el camino inverso al de Nibali. Ese día se dejó el rosa en la cuneta cuando sufrió una caída espectacular y se estrelló contra un muro de nieve, pasando del éxtasis a la crisis y, finalmente, al hundimiento moral y físico, apeado incluso del podio.

Tres años después de ganar su primer Giro, Nibali, cuya deficiente condición física había suscitado polémica en Italia hace una semana, renació en Los Alpes y se erigió en el más fuerte en la fase decisiva. Su perseverancia le dio la victoria final, en tanto que Chaves, que vestía de rosa en la penúltima jornada, no pudo defender la maglia frente al ataque del tiburón y hubo de conformarse con el segundo puesto.

Valverde, debutante en la ronda italiana, pasó por varias alternativas en las jornadas decisivas, pero nunca perdió la esperanza de subir al podio y lo recuperó en la penúltima etapa, la última de competición en la práctica, en detrimento de Kruijswijk.

La 21ª etapa y última, entre Cuneo y Turín, bajó el telón de la ronda italiana con un paseo triunfal de 163 kilómetros que terminó en un circuito urbano en la capital del Piamonte.

La carrera sólo se animó a 66 kilómetros de meta, cuando atacaron dos corredores del Lotto, Jos van Emden y Maarten Tjallingii. El primero permaneció en fuga hasta la pancarta de seis kilómetros.

Al sprint final llegó una veintena de corredores, pero Nizzolo fue el más fuerte. No estaban grandes especialistas como Kittel, Greipel, Ewan, Demare y Viviani, así que el italiano tuvo una gran oportunidad que no desaprovechó.

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