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La junta de accionistas evidencia la situación límite del Decano

  • La auditoría no emite opinión sobre las cuentas por "falta de información". Gildoy, representado por una abogada sin conocimiento de la situación.

De la junta recreativista del despropósito a la del surrealismo y el estupor. Si en la primera convocatoria, el pasado martes, los accionistas del Recreativo se encontraron con el plante de Gildoy y la ausencia de la esperada auditoría, en la segunda, celebrada ayer, la presencia de ambos elementos no sirvió más que para evidenciar la crítica situación en la que se encuentra el Decano. El Recre se acerca al borde del abismo, con un dueño que se desentiende, un proceso de venta suspendido y 36 días de margen para afrontar el pago de alrededor de dos millones de euros para evitar su descenso a Tercera y su más que probable desaparición.

Gildoy apareció a la segunda, aunque lo hizo a través de una abogada del despacho Rivero&Gustafson sin conocimiento previo del terreno que pisaba y con el escueto mandato de aprobar los puntos del orden del día sin aportar más información. Ni siquiera tenía un mínimo conocimiento de la realidad albiazul y su crítica situación. Cristina Trespalacios se encontró ante un escenario inesperado y presidiendo una junta determinante para el futuro del club más antiguo de España. El máximo accionista del Recre, Pablo Comas, no se presentó, aunque estaba en Huelva, como aseguraron varios asistentes. La dimisión de Antonio Martín como secretario de la entidad provocó además que antes de comenzar los asistentes tuviesen que dar su conformidad para que uno de los accionistas con experiencia ocupase su lugar.

El concejal socialista y presidente de Huelva Deporte, Antonio Ramos, sí estuvo presente, pese al Pleno municipal, por el cariz de la asamblea y la trascendencia. Al edil le correspondió mediar con los demás asistentes en los prolegómenos para que la junta se celebrase. Era esencial que tuviese lugar.

La auditoría no reveló nada. Hispacontrol emitió un informe para decir que no podía decir nada. Los accionistas acreditados en la junta general recibieron una copia cada uno en la que se explicaba "el fundamento de denegación de opinión". El auditor esgrime falta de información y de datos suficientes como para emitir un juicio fundamentado sobre las cuentas de la entidad recreativista. Además, alerta de arbitrariedades y falta de control en los movimientos y la contabilidad albiazul. No obstante, a pesar de ello, el documento sirvió a la junta para aprobar las cuentas y poder registrarlas.

Con la presencia de la representante del 75% de las acciones salió adelante una junta en la que Gildoy votó en solitario a todas los puntos del orden del día, desde la aprobación de las cuentas a la dimisión de los consejeros. Tanto Huelva Deporte, el Trust de Aficionados, la Federación de Peñas y los accionistas minoritarios rechazaron en bloque todo. Esto no evitó momentos de tensión y presión. Cristina Trespalacios llegó a abandonar la sala de prensa del Nuevo Colombino llorando ante la situación que le tocó afrontar. En nombre de Pablo Comas tomó nota de las preguntas que le hicieron los accionistas en el turno de ruegos y preguntas. El propietario tiene siete días para responderlas.

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