Rafael Nadal cayó ante el austríaco Dominic Thiem en las semifinales del torneo de tenis de Buenos Aires por 6-4, 4-6 y 7-6 (7-4) tras desperdiciar un punto de partido y sumó un nuevo traspié en un comienzo de temporada que genera muchas dudas.

El número cinco del escalafón y defensor del título, Nadal, llegaba a la capital argentina con la misión de recuperarse del golpe que sufrió al perder en la primera ronda del Abierto de Australia, el primer Grand Slam del año. Sin embargo, el manacorí se marcha ahora a Río de Janeiro con el bolso lleno de interrogantes.

Su oponente, Thiem, quien con 22 años ocupa el decimonoveno puesto de la ATP, buscará su cuarto título ante Almagro.

"Es increíble. Acabo de ganarle a uno de los mejores de la historia. Sin duda es mi mejor triunfo. Nadal es una leyenda, uno de los más grandes de todos los tiempos. Es un sueño hecho realidad", celebró el austríaco.

"Perdí el segundo set pero nunca me entregué. Tuve suerte cuando pegué en la línea cuando tuve que defender una bola de partido en contra", añadió Thiem, que salvó un punto de partido con un espectacular drive sobre la raya cuando servía con un 4-5 en la tercera manga.

"Es un sueño solamente jugar contra Nadal, imagínate ganarle", agregó incrédulo el austríaco, que se mostró ilusionado en poder romper la serie de títulos españoles en el Buenos Aires Lawn Tennis Club. "Haré lo mejor que pueda", afirmó.

La derrota de Nadal, nueve veces campeón de Roland Garros, marca un nuevo hito en el vertiginoso crecimiento de Thiem. Ganador de tres títulos la temporada pasada (Gstaad, Umag, Niza, todos sobre arcilla), Thiem parece llamado a ser un jugador importante.

Para Nadal, la caída supone otro golpe en una inicio de campaña que inicia vulnerable. El balear buscaba en Buenos Aires recuperar las sensaciones positivas tras su eliminación en Australia y la paliza que sufrió ante Novak Djokovic en la final de Doha.

Nadal no mostró su mejor versión. Sufrió para vencer en las primeras rondas a Juan Mónaco y a Paolo Lorenzi. El calor y la humedad extrema, así como las molestias estomocales, jugaron en contra su recuperación. Pero también su juego y su mente, ya sin la fortaleza de otras épocas.