Una nueva derrota ante el Zenit en Rusia (2-0) dejó en el aire el futuro del Valencia en la Liga de Campeones y el de Nuno Espirito Santo al frente de un equipo que se vio superado desde el principio por su rival. Lejos de mejorar la pobre línea de juego de esta temporada, el Valencia acumuló la tercera derrota en la presente edición del torneo, de manera que se jugará su pase a la siguiente fase en la última jornada, en Mestalla, ante el Olympique de Lyon. Pero no depende de sí mismo por la victoria en Francia del Gent (1-2), ahora segundo.

El cuadro levantino inició el choque con la misma inseguridad y falta de intensidad en su juego que en el duelo de Liga del pasado sábado ante Las Palmas y, tras un aviso del Zenit en el minuto 13 que sacó Gayà de cabeza de la misma línea de gol, el conjunto ruso se adelantó en el marcador, tan sólo dos minutos después. Una cadena de errores en la defensa valencianista permitió que Shatov encarase a Jaume sin oposición y lo superase en el mano a mano al cuarto de hora de partido, premiando así el mayor empuje del plantel de Villas Boas.

El Valencia careció de respuesta al tanto ruso. A la escasa llegada del conjunto visitante se le unieron los acusados problemas que tenía el equipo de Nuno Espirito Santo en los balones aéreos.

Dentro de la incapacidad para acercarse con peligro a la meta de Lodygin, la mejor ocasión que tuvo para equilibrar el marcador llegó a un minuto del descanso por mediación de Paco Alcácer tras un pase de Parejo, en una acción que había iniciado el propio delantero valenciano.

Tras una primera parte de neto dominio del Zenit, el Valencia salió en el segundo tiempo con más fuerza y acierto, si bien no tardó el cuadro local en retomar el dominio y acercarse con peligro a la portería de Jaume. Con todo, el Valencia mejoró ligeramente tras una fase de poco acierto y vivió sus mejores momentos del partido e incluso vio cómo le anulaban un gol por fuera de juego de Santi Mina, que había relevado al canterano Rafa Mir, gran novedad hoy en el once titular.

Sin embargo, y a pesar de que el Zenit había bajado notablemente la intensidad de su juego, fue el conjunto ruso el que amplió la ventaja en el marcador. Una buena combinación del Zenit en la frontal del área sirvió para superar a la defensa del Valencia en una jugada en la que Danny asistió a Dzyuba para que rematara a placer ante Jaume.

El gol acabó definitivamente con las esperanzas de empatar de los de Nuno Espirito Santo, que aún vio cómo se le complicó más el partido con la expulsión del portugués Rubén Vezo, que derribó con dureza a Shatov cuando éste se disponía a encarar en solitario a Jaume, que evitó en un par de ocasiones más el tercer tanto de un Zenit que selló su pase a los octavos de final como primero de grupo.