En su primer partido de la Liga Femenina de esta campaña, disputado el pasado fin de semana, el Conquero Huelva Wagen se impuso por 69-47 al Perfumerías Avenida. Entre las protagonistas del choque, la sevillana Alba Prieto, que pese a su juventud (16 años) sigue abriéndose camino en el primer equipo onubense, con el que anotó un triple en los dos minutos que estuvo en pista.

En dos semanas se cumplirá un año de su debut en la máxima división femenina del baloncesto nacional. En este tiempo, la hispalense ha madurado dentro y fuera de la pista. Y mucho. Así lo atestigua su 1,80 de altura. "Desde que hablamos el año pasado he crecido un poquito. Ojalá hablemos el año que viene y haya puesto algún centímetro más, por mí estupendo", comenta una risueña Alba, que sabe que no sólo ha salido vencedora de su particular lucha con el metro.

Así lo atestiguan sus números en el Europeo sub 16 que se disputó en agosto en Matosinhos (Portugal), donde vivió tanto alegrías como sinsabores. El cuarto puesto que firmó España, a un paso de la medalla de bronce, dejó en sus jóvenes integrantes el regusto amargo de lo que pudo ser y no fue. Pero de todo se aprende. Por eso la canterana del Conquero prefiere mirar con optimismo al futuro, anhelando nuevas convocatorias en las que poder brillar.

En tierras lusas también hubo tiempo para festejar los triunfos, empaparse de baloncesto y hasta salir airosa de alguna que otra trastada. "Una noche estábamos cenando y saltó la alarma de incendios. Nos dijeron que venía de la planta en la que estaban nuestras habitaciones. Resulta que una de mis compañeras se dejó la ducha abierta y el vapor provocó que saltara. Nos reímos un montón. Menos mal que no nos echaron la bronca", cuenta divertida.

Anécdotas aparte, el mejor momento que vivió Alba fue al pisar la cancha en el partido de su debut y escuchar el himno nacional: "Se me pusieron los pelos de punta y estaba muy, muy nerviosa. Hasta que me concentré en meter las canastas y me fui sintiendo más segura". Y si los nervios jugaban alguna que otra mala pasada, su familia estaba en la grada para transmitirle apoyo. "Cuando no me salen las cosas como quiero siempre miro al público. Ver a mis padres me da fuerzas para hacerlo bien", revela.

Al pedirle que haga balance de los partidos disputados en Matosinhos, Prieto señala dos de ellos como fundamentales: "El mejor fue contra Rusia (70-61), porque significó el pase a semifinales y yo salí muy satisfecha con mi actuación". Después, España cayó ante la anfitriona (44-64) e intentó colgarse el bronce doblegando a Italia, aunque sin éxito (70-54). Sin embargo, ese encuentro fue el segundo más importante para la alero-base sevillana, que inauguró el marcador desde la línea de tiros libres y contribuyó con sus rebotes a que sus compañeras no dieran por perdido el choque antes de tiempo. "Nos dio rabia quedarnos sin medalla, pero aprendimos mucho", resume.

Basta mirar sus estadísticas para darle la razón. En los nueve encuentros disputados con la selección, Alba promedió 8 puntos, 4 rebotes, 2 asistencias y 2 recuperaciones en una media de 27 minutos. Además, quedó entre las 20 mejores de la cita en tres apartados: recuperaciones, asistencias y eficacia de triples. Un balance más que positivo pese a su juventud, que no hace más que acrecentar sus ganas por seguir defendiendo los colores de España. Si todo marcha como espera, tendrá una nueva oportunidad el próximo verano, cuando nuestro país acoja el Mundial sub-17.

Con los pies en el suelo y la cabeza bien amueblada, Alba Prieto confía en seguir teniendo minutos en el primer equipo del Conquero, con el que entrena de forma habitual desde el año pasado. Convertirse en una baza a tener en cuenta por su entrenador, Gabriel Carrasco, es su objetivo. "Ésta ya es mi tercera temporada en Huelva. Espero tener cada vez más protagonismo en el primer equipo y seguir aportando en el de mi categoría. No me queda otra que seguir trabajando, aunque a veces se haga muy duro, para llegar a donde quiero", valora la sevillana.