David de la Cruz (Etixx) estaba ayer en la salida de Córdoba, pero ni llegó a pasar el control de firmas porque el cuerpo le dijo basta. Estaba disputando la Vuelta con la proeza y el heroísmo de una clavícula operada hace poco más de dos semanas.

Lucía bajo su camisa una protección en el hombro derecho. Cada bache o acelerón eran un tormento para él. Aun así, salió de Marbella sólo 19 días después de su fractura.

De la Cruz se rompió la clavícula en la segunda etapa del Tour de Polonia (3 de agosto). Nadie esperaba que apareciera en la salida de la Vuelta, hasta que el día 21, para sorpresa de todos, hizo acto de presencia en la puesta de la largo en Benahavís. "Quizá era un poco precipitado correr pero es la vuelta de mi casa y me hacía muchísima ilusión disputarla", reconoció el ciclista.

Alberto Contador empezó a correr la Vuelta 2014 con la rodilla izquierda dañada tras una caída en el Tour de Francia y poco a poco fue a más, pero en el caso del corredor de Sabadell ocurrió justo al contrario.

"Cada jornada estaba sufriendo más, día a día la molestia fue a más. Iba en la bici medio torcido y era un calvario, ni siquiera podía ponerme de pie sobre la bici y en las subidas era imposible", reveló.

Imposible, sí, pero De la Cruz siempre ha sido "un guerrero". Perseverante y batallador, su carrera tiene la particularidad de que comenzó muy tarde. Hasta hace poco más de cinco años ni siquiera montaba en bicicleta.

"No es una equivocación haber salido en la Vuelta porque el equipo me dio la oportunidad de escoger y yo quería probar, no quedarme con las ganas", apuntó. "Tenía la libertad de venir y también la de irme si no podía más", agregó el corredor, quien se considera "un escalador que se defiende bien en contrarreloj".