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Martín-Prieto acepta la oferta de renovación

  • "El segundo gol que le marqué al Valencia y la piña tras ganar al Atlético, los mejores momentos"

Cristina Martín-Prieto fue la protagonista de la final de la Copa de la Reina, con dos goles que le dieron el título al conjunto onubense y que le valieron para ser proclamada mejor jugadora del partido.

La delantera hispalense llegó a Huelva procedente del Sevilla, donde apenas tenía oportunidades, y a sus 22 años se ha convertido en una pieza básica y codiciada. Los aficionados onubenses podrán disfrutar de ella al menos una temporada más, ya que ha aceptado la oferta de renovación del Fundación Cajasol Sporting. "Voy a contestar mañana, pero la ropa me la quedo", aseguró con una sonrisa cuando se le preguntó si seguiría el año próximo en Huelva.

Recuerda que "al Rayo Vallecano le teníamos ganas; luego llegó el partido más complicado, ante el Atlético de Madrid, y cuando pasamos sabía que la final sería nuestra. El equipo que jugaba contra nosotras se veía ganador y eso nos sirvió de estímulo; ir de víctimas nos ha favorecido".

Su recuerdo de la final "son dos: el gol que marqué al Valencia que nos daba la Copa, y la piña que formamos tras ganar al Atlético de Madrid; además luego comimos junto a ellas tras eliminarlas y sus caras eran un poema. Ha sido la guinda a una temporada increíble, porque también conquistamos la Copa de Andalucía". "Cuando marqué el 2-1 no sabía qué minuto era ni cuánto quedaba, pero tenía la certeza de que ese tanto nos haría campeonas"

Otro momento para el recuerdo fue su llegada a Huelva, con la fuente de la avenida de Andalucía llena de gente: "Nunca he vivido nada así, se me puso la piel de gallina. No sé si volveré a vivir una experiencia así". Cristina asegura que "sabemos lo que hemos hecho, lo histórico de este triunfo tanto para el club como para Huelva, pero quizás necesitemos tiempo para asimilar todo lo que supone".

Martín-Prieto llegó a este deporte de la mano de su hermano mayor, tres años mayor que ella: "Empecé en mi barrio, viendo que mi hermano se divertía con una pelota; un día vi el balón en casa, chuté, volvió hacia mí y me gustó. Ese fue el principio. Lo curioso es que a mi padre no le gusta nada el fútbol, y a mi madre sí. Mi hermano pequeño sí pudo ver la final y se emocionó; al mayor lo llamó mi madre al acabar el partido y se le saltaron las lágrimas. En mi familia hay un portero, un lateral... y a mi me ha tocado de delantera".

De Antonio Toledo destaca que "es un entrenador serio, que conoce a las jugadoras sean nacionales o extranjeras, transmite seguridad y hace que el vestuario esté unido, que sea una piña. Es estricto si no hacemos las cosas bien y competitivo. No es un técnico de echar broncas, pero el día que jugamos mal, si vemos que en el descanso tarda mucho en hablar, malo...", comenta con buen humor.

Futbolísticamente "no me gusta llevar el balón en los pies, prefiero correr", y gracias a su juventud tiene un gran porvenir: "todo lo que pueda ganar bueno es; si llego a jugar con la selección española sería lo más bonito".

Cristina, que también practicó el atletismo pero cuando tuvo que elegir apostó por el fútbol, tiene previsto hacer quiromasajista.

Le encanta como fubolista Steve Gerrard (Liverpool) y también tiene como referencias a Raúl y a Cristiano Ronaldo. Sevillista declarada, destaca a Kanouté. Durante su etapa en el club hispalense entrenaba antes del primer equipo, destacando por sus valores humanos a Chevantón, Capel y Martín Cáceres; en el lado contrario, Perotti y Medel "que te miraban por encima del hombro".

Ha sido un año duro "porque cada 15 días nos tocaba montarnos en el autobús y recorrer España; además entrenamos en un campo pequeño (Ciudad Deportiva) y nos costó adaptarnos; allí no puedo correr todo lo que me gustaría, cuando me doy cuenta me he metido en la pista de atletismo, pero al final todo ha merecido la pena".

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