Miguel cardenal. secretario de estado para el deporte

"España es muy atractiva para las mafias de las apuestas"

  • El principal responsable del deporte español advierte sobre el peligro de sentirse "inmune a la amenaza de la corrupción por las apuestas". "Si no atajamos estas prácticas, nos puede pasar como pasó con el dopaje", augura.

El Gobierno cree que España no puede considerarse "inmune" al peligro de la manipulación de partidos porque las competiciones deportivas españoles son "muy atractivas" para las mafias criminales que actúan en el ámbito de las apuestas. "Es una amenaza tremenda", asegura Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte. El jefe del deporte español, de 46 años, cree que si no se actúa con "determinación" el problema podría convertirse en España en algo similar a lo que fue el dopaje.

-En 2015 habrá más dinero para el deporte español. ¿Como en los años previos a la crisis?

-No, no. Está muy lejos. La disponibilidad de dinero para subvenciones a las federaciones está todavía lejos de la que hubo en los mejores años. Pero a mí lo que me interesa es ver que se está recuperando, que durante estos años las federaciones también han hecho un esfuerzo para acompasar su gasto a la capacidad de ingresos. Y también para generar recursos propios, que es el trabajo al que más los hemos llamado desde aquí y que estamos muy contentos de cómo se han ido incorporando a ello.

-La deuda de los clubes de fútbol y el dopaje eran dos de sus objetivos principales al llegar al cargo. La Agencia Mundial contra el Dopaje elogió a España.

-Creo que está claro ya. Había gente que pensaba que actuábamos por compromiso con la candidatura de Madrid 2020. Hace más de un año ya que no recibimos el encargo de organizar los Juegos y creo que seguimos con la misma determinación en la lucha antidopaje.

-La operación Puerto sigue enquistada en los tribunales...

-A estas alturas no hay nadie que no sepa qué pasa con eso o que no tenga toda la información. Para quien quiera entenderlo en el mundo occidental es bastante sencillo porque los estándares de los estados de derecho modernos son bastante similares. Hay un poder ejecutivo, un poder legislativo, un poder judicial. El poder judicial es completamente autónomo. Nosotros hemos estado personados en la operación Puerto. De hecho, ese proceso que se había archivado en dos ocasiones se reabrió por recursos del Gobierno. Si todavía sigue enquistado en los tribunales es precisamente porque nosotros hemos recurrido la sentencia pidiendo que se entreguen las pruebas que permitan identificar a los deportistas responsables y que se aumenten las penas al máximo de los médicos y las personas que intentaron facilitar esas prácticas prohibidas.

-¿Las bolsas de sangre siguen intactas?

-Las bolsas las custodia la autoridad judicial y a ella le tendrá que preguntar. Pero en principio no hay ningún elemento de juicio para pensar que no es así. Esas bolsas están a disposición judicial. El caso está en fase de recurso. Y por tanto ahí están las pruebas, como ocurre en cualquier pleito o en cualquier país. Por supuesto que la autoridad judicial en España conserva las pruebas, en este caso o en cualquier otro, con las máximas garantías.

-Usted dice que la principal amenaza ahora es la manipulación de partidos por las apuestas. ¿Está muy extendida?

-Mi convicción es que en España no existe este problema tan extendido como en otros países. Principalmente porque el negocio de las apuestas no pertenece a la tradición española tanto como en otros países. Pero si no conseguimos atajar esas prácticas ahora porque nos parezca que no tienen tanta incidencia, como creo que en su momento sucedió con el dopaje, pues luego te encuentras con un fenómeno muy extendido que ha hecho mucho daño a algunas modalidades deportivas. Si ahora no se actúa con mucha determinación, nos podemos encontrar con que dentro de unos años esta forma tan grave de corrupción puede causar daños enormes muy difíciles de reparar. Si en su momento se hubiera prestado tanta atención al fenómeno del dopaje no hubiera habido el grado de problemática que se generó con posterioridad.

-¿Es un fenómeno de dimensión creciente?

-Claro que sí. Es una amenaza tremenda. Los organismos internacionales que se dedican a la lucha contra la criminalidad están poniendo encima de la mesa datos extremadamente preocupantes sobre la acción de mafias en este ámbito. En España el fenómeno de las apuestas deportivas tiene mucha menos extensión, pero está claro que nuestras competiciones deportivas, algunas especialmente, son muy atractivas mundialmente y eso las hace susceptibles de ser objeto de estas mafias criminales en el ámbito de las apuestas. Tenemos que estar atentos. No nos podemos considerar inmunes.

-Otro de sus objetivos era reducir la deuda de los clubes de fútbol. ¿Eso va bien?

-Nosotros estamos satisfechos. Hemos adoptado muchas medidas. La primera, la transparencia, que es una demanda actual ineludible ante los casos de corrupción que están saliendo. Hemos puesto a disposición de la opinión pública todos los datos de los que contamos que antes no estaban a disposición. El fútbol profesional español debía más de 4.000 millones de euros en enero de 2012, cuando llegué aquí. Esa tendencia se ha invertido. Muchos jugadores que estaban en la Liga ahora están en la Premier League, la Bundesliga, la Serie A, porque los equipos están trabajando para que su situación financiera sea mejor. Están trabajando también para arreglar sus cuentas con las administraciones públicas.

-¿La candidatura a los Juegos Olímpicos es un asunto acabado o si el COI cambia volverían a pensarlo?

-Nuestras decisiones no se deberían adoptar condicionadas a que el COI cambie nada. Yo no le he puesto ningún requisito de eso. Nosotros nos hemos presentado, no hemos salido, y creo que sabíamos perfectamente dónde competíamos. Que es algo muy difícil, que los rivales eran muy fuertes y que podía pasar lo que pasó. Y que después de ese tercer intento fallido no tenía sentido presentar un cuarto. Cuando veamos otra vez que nos interesa hacer unos Juegos Olímpicos aquí, si esas circunstancias que se dieron en el pasado se vuelven a dar en el futuro, con mucho gusto iremos otra vez. Y si no se vuelven a dar, pues no.

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