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Colosos en un estado colosal

  • El Madrid, tras el impulso moral de Liverpool, recibe a un Barça líder pero necesitado de un golpe de efecto

Real Madrid y Barcelona jugarán esta tarde el primer superclásico de la temporada en un duelo importante, pero no trascendente, en el que los dos equipos examinarán el valor de sus impresionantes estadísticas goleadoras.

Será el partido estelar de la novena jornada de la Liga BBVA. Más de 100 televisiones de todo el mundo y 400 millones de espectadores vivirán uno de los partidos más esperados por cortesía del enorme número de cracks que actuarán en el Santiago Bernabéu.

"No hay un partido en el mundo con esta calidad", resumió ayer el técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti.

Los números pertenecen al Barcelona, que cuenta con cuatro puntos de ventaja sobre el Real Madrid. A cambio, los blancos proponen un estilo vertiginoso que los llevó a marcar 30 goles en ocho encuentros. Y 15 de ellos llevaron la firma de Cristiano Ronaldo.

Nadie faltará a la cita a excepción del madridista Gareth Bale, con un problema muscular. Y por si quedara algo por ver, el Santiago Bernabéu será el escenario de la reaparición del delantero uruguayo Luis Suárez tras cumplir su sanción de FIFA por su famoso mordisco al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial.

Otra dosis extra de pimienta la pondrá Lionel Messi y su posibilidad de lograr un nuevo récord goleador de la Liga. Lleva 250 y está a dos de superar la mítica marca de Telmo Zarra, aquel implacable delantero del Athletic.

La presión es para el Real Madrid, que no puede perder la oportunidad de descontar la diferencia que le lleva al Barcelona. Pero el equipo azulgrana también tiene una fuerte dosis de exigencia por las dudas que ofrece su rendimiento ante equipos poderosos y la respuesta de una defensa con fisuras.

Es paradójico que la crítica señale a una zaga que todavía no recibió goles en la Liga, pero ésa es la realidad. Y aquí aparece un duelo imponente: el máximo anotador europeo, el portugués Cristiano Ronaldo, contra el portero menos goleado, el chileno Claudio Bravo.

Ancelotti sugirió ayer la posibilidad de alguna "sorpresa" en la alineación titular, pero probablemente sólo fuera una maniobra de despiste. Con Sergio Ramos y Pepe recuperados, Marcelo y Dani Carvajal completarían la zaga, mientras la medular quedaría para Kroos, Modric, James Rodríguez e Isco. Por delante estaría la dupla Cristiano-Karim Benzema.

Más dudas ofrece la alineación del Barcelona, con Suárez a la cabeza de las incógnitas. Luis Enrique confirmó ayer que el uruguayo "jugará", pero renunció a aclarar si será como titular después de cuatro meses de inactividad.

Además, Sergio Busquets tiene problemas físicos y quizá ello aconseje situar a Javier Mascherano en el mediocampo. Otra opción es que el argentino sea central junto a Jeremy Mathieu, aunque también cabe la posibilidad de que el francés ocupe la banda izquierda.

Lo que no admite discusión es la presencia de Messi y Neymar en ataque, una sociedad que marcó 15 goles conjuntamente. La incógnita es ver si les acompaña Pedro o... Luis Suárez.

Para muchos barcelonistas, a pesar de que lleva cuatro meses sin disputar un partido oficial, Luis Suárez debería salir en el equipo titular junto a Messi y Neymar, en el 4-3-3 o en un 4-4-2. Ésta es la gran incógnita de los azulgranas en ataque, mientras que en el centro del campo, donde el Barça deberá batirse con un rival que en esta ocasión sí que le podría discutir el balón, vuelve a aparecer la opción de Xavi, un clásico inamovible que ahora es más prescindible para Luis Enrique. Si entra el gran manijero, Iniesta podría adelantar su posición para actuar más cerca de Neymar y Messi, mientras que Luis Suárez se sentaría inicialmente en el banquillo.

Ambos entrenadores situaron ayer la clave del partido en el control del ritmo de juego. Mientras el Real Madrid quiere electricidad, el Barcelona propondrá pausa. "Plantear el partido es bastante fácil porque nos conocemos. Vamos a intentar jugar el fútbol que queremos, jugar con nuestra idea. Necesitamos un gran partido", declaró Ancelotti.

"Nos interesa tener el partido controlado. Siempre. Ésa es nuestra intención para hacer daño al rival deportivamente. Es evidente que necesitamos el balón y lo queremos. A partir de ahí, cometer los mínimos errores posibles", opuso Luis Enrique.

El Bernabéu se prepara para un duelo vibrante entre los dos colosos del fútbol español, dos estilos muy diferentes pero con un mismo propósito: demostrar al rival quién es el mejor.

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