La pelota de papel

La ciclogénesis que soñó Tebas

  • Que Messi pueda superar a Zarra, que el Barça llegue imbatido al Bernabéu y que debute Luis Suárez es una concatenación de factores para espolear aún más a esa fiera llamada Cristiano.

El sábado, en el Bernabéu, no cabrá más lujo. Lo único que puede evitarlo es que Gareth Bale no pueda llegar a tiempo tras su percance con Gales. Pero si no es así, Barcelona y Real Madrid van a litigar con seis de los diez mejores atacantes del mundo. De blanco, Cristiano Ronaldo, Benzema y Bale; de azulgrana, Messi, Neymar y... Luis Suárez. El uruguayo, con su salida de la mazmorra, cierra el círculo perfecto. Dos delanteras prácticamente inmejorables frente a frente. Javier Tebas, presidente de la LFP, puede vanagloriarse de que ocurrirá en su campeonato.

Tan cierto es que Madrid y Barça concitarán la atención de casi todo el planeta el próximo sábado con su enfrentamiento, como que la fractura abierta entre ricos y modestos en la Liga desde hace años se está conviertiendo en el Gran Cañón del Colorado. Hace justo diez años, en la jornada octava de la Liga 2004-05, el Espanyol era cuarto con 13 puntos... y el que acabó cuarto fue el Betis, que en esos inicios atesoraba sólo tres puntos menos, pero era... ¡decimotercero! Una horquilla de nueve equipos en tres puntos, la zona de Champions a una victoria del decimotercero, algo impensable hoy.

Dicho de otro modo: que el Barcelona mantenga su portería a cero después de ocho jornadas no es más que el reflejo de la escasa competitividad. También que su gran rival, el que recibirá el sábado, sume ya nada menos que 30 goles en esos algo más de 720 minutos de juego, un ritmo que llevaría al campeón de Europa a acabar la temporada con un nuevo récord de 142 tantos, registro mareante.

También es mareante lo que Messi ha logrado en una década. Pero estamos en el nudo de su magna obra. Para el desenlace quedan bastantes actos. Por lo pronto, como si se tratara de un plan preconcebido, el genio rosarino volverá a saltar a uno de sus teatros favoritos dispuesto a batir otra plusmarca más. Y de las sustanciosas: si hace dos goles en el Bernabéu, a sus 27 años se habrá convertido en el máximo realizador en la historia de la Liga, dejando atrás a Zarra (251 dianas). El destino se ha puesto morboso. ¿Cómo reaccionará el madridismo si Messi la vuelve a liar y marca esa muesca en su revólver?

La afición blanca preferirá pensar que cuenta con el antídoto perfecto. Con el superhéroe ideal para aplastar la ilusión de Messi y de todo el barcelonismo. Con la máquina mortífera que acabará con el cero en el casillero de goles encajados que aún luce el Barça de Luis Enrique. Cristiano es tan ganador, tan ambicioso y, sobre todo, tan bueno, que nada se le resiste. Está en el momento óptimo dentro de su ya excelsa carrera como madridista. Allí, los gurús de la causa ya lo sitúan a la altura de Di Stéfano y Puskas, ahí es nada. Logró destronar del Balón de Oro a Messi, logró ser el máximo goleador en una edición de la Champions en la que se coronó como campeón y esta temporada su colosal figura aún da más de sí: haber cantado 15 goles en las primeras ocho jornadas lleva a replantearlo todo.

Tal es la energía que Cristiano genera, que el ejército de talentosos que van a su rebufo no tienen otra que enchufarse: Bale, Benzema, James, Chicharito. Y por supuesto Isco, que ya ha terminado de convencer a su entrenador de que es un crack más. Ancelotti los dispone sobre la hierba y los invita a que sigan el camino que les marca el 7. El Madrid ya ha puesto la directa. Y con permiso de Atlético, Valencia o Sevilla, los merengues citan al gran enemigo para escenificar el duelo más pomposo nunca visto. El Barça es líder, invicto e imbatido. El Madrid, a 4 puntos. No será el partido del siglo, pero atendiendo al fulgor de tanta estrella y a las audiencias, como si lo fuera. Será la ciclogénesis perfecta, la más explosiva. La que soñó Tebas.

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