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La joven de la eterna sonrisa

Carolina Marín, la joven de la eterna sonrisa, se acaba de coronar en el bádminton mundial, tras un insuperable papel, medalla de oro, en el campeonato que se ha celebrado en Copenhague. Pero no sólo ha conseguido hacer historia en el deporte español. Acaso lo más importante de su logro sea el ejemplo que esta deportista onubense nos ha dado a todos: entrega, superación, constancia, lucha, sacrificio y humildad. Huelva está orgullosa porque una de las suyas ha conseguido lo que ningún volantista español había logrado antes. Pero lo está aún más por lo que Carolina representa: lo mejor del deporte, lo mejor de la juventud, lo mejor de la vida.

A Carolina, la joven de la eterna sonrisa, la hemos visto crecer, personal y deportivamente, en Huelva. Con satisfacción hemos comprobado cómo ya ha hecho historia aquella niña que con apenas ocho años comenzaba a dar sus primeros pasos en este deporte en las pistas del polideportivo Municipal Diego Lobato, en su barriada de siempre, con su club de toda la vida, el IES La Orden, que es también un ejemplo para todos y al que desde el Ayuntamiento concedimos la medalla de la ciudad y damos todo el apoyo y el aliento que nos es posible. 

Lo recordábamos hace unos meses cuando la recibí en mi despacho, tras proclamarse campeona de Europa, para lucir con orgullo la bandera de Huelva, esa misma que ella lleva por todo el mundo. En esa hermosa cita, con su inseparable madre acompañándola, hablamos de lo mucho que disfrutó como Estrella de la Ilusión de la cabalgata de Reyes de la ciudad. Pero, sobre todo, hablamos de su vida como deportista de élite, de su lucha, de sus anhelos y de sus esperanzas. Y pude reafirmar lo que ya sabía: que Carolina es una joven extraordinaria, una fuera de serie que ha sacrificado mucho de su juventud para alcanzar su sueño. Un sueño que es hoy el de todos los onubenses. El de todos los españoles.

Todo el país está hoy muy orgullosa de esta joven que, desde La Orden, se ha aupado a la cima del bádminton mundial. Estoy convencido de que la más orgullosa es ella misma. Pero sin conformismos. El camino de esta onubense no ha hecho más que empezar. Enhorabuena, Carolina. No pierdas nunca tu sonrisa.

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