Chispa y capacidad de desborde para el tramo final de la temporada. Ezequiel Calvente dejó destellos de su calidad en Riazor. El futbolista melillense volvió a pisar un terreno de juego el pasado domingo tras superar una tendinitis rotuliana en su pierna izquierda. "Tardé en recuperarme porque era una lesión dolorosa y difícil de curar con la que había que tener paciencia. Acabé el partido en La Coruña con buenas sensaciones", dice.

Ezequiel sueña con tener protagonismo en la recta final del campeonato. "Me encuentro bien, con ganas de jugar después de tanto tiempo y con ganas de ayudar al equipo", destaca.

El extremo albiazul tiene ilusión por conseguir el ascenso a Primera, como todo el plantel recreativista, aunque prefiere mostrarse cauto. "No tenemos que pensar qué puesto podemos alcanzar ahora. Tenemos delante ocho finales y hay que ir partido a partido, sabiendo que dependemos de nosotros para estar arriba al final. El objetivo es ascender a Primera, si es directamente mejor, pero sabemos que es difícil. Vamos a hacer nuestro trabajo", destaca.

Sobre el partido del domingo ante el Alavés Ezequiel considera, como Montoro, que "vendrá a encerrarse porque aquí casi todos los equipos vienen a encerrarse. Tenemos que hacer nuestro trabajo, olvidar lo de La Coruña, jugar bien y tratar de sacar la victoria en casa, que es donde está la clave" para alcanzar el objetivo. Por ello cree que "el apoyo de nuestra afición es fundamental. "En esos minutos en los que no te salen las cosas, si no te apoyan te vienes abajo. No tenemos quejas de la afición, entendemos que se enfade cuando no jugamos bien, pero solo les digo que confíen en nosotros, que nos ayuden en estas ocho finales que nos quedan, porque necesitamos su apoyo al máximo", resalta.