Semana Santa

El muñidor abre el sobrio caminar desde la calle Rábida

  • Interesante recorrido de la hermandad por las vías más estrechas del centro, donde el recogimiento se adueña del Jueves

DESDE su capilla del mismo nombre en la calle Rábida salió ayer a la calle la Hermandad de la Misericordia, con su silencioso cortejo de nazarenos con altísimos capirotes (1,20 desde el extremo superior hasta los ojos), seña de identidad de esta recogida cofradía.

La austeridad y el silencio marcaron la estación de penitencia de su único paso, que no cuenta con acompañamiento musical.

La imagen del Señor, que es una alabanza de la Misericordia de Dios, siendo la cruz el mayor gesto de Misericordia (la muerte redentora del Señor), se echó a la calle a las 20:15 bajo un manto de claveles rojo , avanzando de manera rápida y con el característico caminar de su cuadrilla. Y de fondo, el tradicional sonido de los toques fúnebres de las campanas de su templo que rompieron el silencio, como también ocurrió durante la recogida.

La Hermandad de Culto y Apostolado del Dulce Nombre de Jesús y Cofradía de Penitencia del Santo Cristo de la Misericordia, María Santísima de la Concepción y San Juan Evangelista realizó un sobrecogedor recorrido por las calles más céntricas y estrechas de la capital.

Con orden y seriedad a lo largo de todo el itinerario, la hermandad, que cuenta con otra titular, la Virgen de la Concepción, que no tiene paso, lució por Huelva su Cristo, encargado al imaginero Gabriel Cuadrado Díaz en 1982, labrado en madera de pino (al igual que la cruz) y restaurado en 1990 por José Antonio Díaz Roca.

Esta cofradía, que celebró en 2007 los 25 años de la fundación con diferentes actos, vivió en 1984 su primera estación de penitencia a hombros desde La Milagrosa y ayer, veinte años después, dio público testimonio de su fe haciendo estación en la Concepción y en el Convento de las Hermanas de la Cruz.

Ataviados con túnica negra de ruán y portando sobre el ancho cinturón de esparto en la cintura los cirios morados, los nazarenos del cortejo llegaron previamente a la plaza Alcalde Coto Mora con Vázquez López, donde la revirá del Señor impuso su silencio, haciendo que algunos de los presentes aguantaran la respiración mientras se escuchaba el andar de los costaleros.

Con Rafael López Pavón como hermano mayor, la Misericordia realizó un recorrido interesante, imponiendo su misticismo hasta la medianoche, cuando se despidió hasta el próximo año tras una jornada de Jueves Santo en la que recibió el cariño de sus devotos.

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