El impacto radiológico sobre la población que genera la actividad industrial de Fertiberia en Huelva es "despreciable desde el punto de vista de la protección radiológica". Ésa es la principal conclusión de un nuevo estudio realizado por la Universidad de Huelva, en el que se concluye que la dosis de radiación que recibe el grupo de población más expuesto a los efectos del proceso de producción y las balsas de fosfoyeso "es indiscernible del fondo ambiental de la zona". En el caso de los trabajadores de la factoría, el estudio asevera que no es necesario tomar medidas de protección radiológica por estar las dosis recibidas por debajo de los límites marcados por las autoridades.

Las industrias de producción de ácido fosfórico y fertilizantes fosfatados pertenecen al grupo denominado NORM (Naturally Occurring Radioactive Material, por sus siglas en inglés), caracterizado por, o bien utilizar materias primas con una elevada concentración de radionucleidos naturales, o generar productos o subproductos y residuos enriquecidos en esos elementos radiactivos. Ése es el caso de Fertiberia, la mayor productora de ácido fosfórico de la Unión Europea, que a pleno rendimiento puede producir unas 400.000 toneladas de este producto y generar unos dos millones de toneladas de fosfoyeso anuales (en la actualidad, la factoría está parada y cuando retome la producción la próxima semana lo hará con sólo dos de sus cuatro plantas de fabricación de ácido fosfórico). La materia prima de su proceso de producción, la roca fosfática, contiene concentraciones de uranio-238 (uranio empobrecido) y sus descendientes, mientras que más del 90% del radio-226, el plomo-210 (precursor del polonio) y el polonio-210 presentes originalmente en la roca fosfática terminan asociados al fosfoyeso (subproducto) tras el proceso de fabricación.

Ante la presencia de estos elementos radiactivos, la normativa obliga a realizar estudios para determinar si hay incrementos significativos de la exposición a la radiación por los trabajadores o el público. De ahí que el Consejo de Seguridad Nuclear instase a Fertiberia a realizar ese análisis, que la empresa encargó al grupo de investigación de Física de las Radiaciones y Medio Ambiente de la Universidad de Huelva.

Este grupo ha estudiado todas las actividades en las que hay presencia de elementos radiactivos naturales, tanto el interior como en el exterior de las instalaciones, midiendo la posible irradiación externa, la inhalación de material particulado enriquecido en radionucleidos naturales y la inhalación de gas radón. Se ha analizado la dosis efectiva de radiación que cada trabajador recibe en función de su puesto y las horas que pasa en cada una de las zonas de la factoría. Y las conclusiones son positivas, hasta el punto de que los investigadores concluyen que "la instalación de producción de fertilizantes de Fertiberia de Huelva no debe estar sometida a control regulador" y no es necesario "que adopte medidas correctoras destinadas a reducir la exposición" o la aplicación de medidas de protección radiológica a sus trabajadores.

Según el informe, el impacto radiológico sobre los empleados por actividades en el interior de la fábrica "es muy limitado" y el incremento de las dosis que pueden recibir los obreros está en todos los casos por debajo del límite marcado para el público en general, de 1 milisievert (mSv) al año.