Andalucía

Las elecciones que cambian reyes

DESDE que Alfonso XIII salió por Cartagena, las elecciones municipales gozan de bastante respeto. No parece que unos comicios europeos, como los del pasado 7 de junio, sirvan para tumbar a un rey, pero los ayuntamientos no sólo son importantes de por sí, sino por el carácter anticipatorio de sus elecciones. Los cimientos del cambio se aposentan sobre los adoquines de las aceras. Antes de que Felipe González ganara, los alcaldes socialistas desalojaron a aquellos regidores que transitaron del franquismo a la UCD, y a Aznar le antecedieron esas alcaldesas que tanto cruzaban sus largas piernas en los programas de Jesús Hermida. Sólo Zapatero llegó sin avisar, y ahí está: sin raspar la mayoría absoluta.

En las direcciones del PP y del PSOE andaluz ya saben que las próximas elecciones municipales, las de 2011, van a ser de traca en la comunidad. Mandato tras mandato, el PP ha ido sumando capitales, pequeñas ciudades y grandes pueblos, y el PSOE, que ha salido contento del bautizo que las europeas han supuesto para José Antonio Griñán, lleva tiempo preocupado porque no recupera el poder urbano ni el litoral, donde las gaviotas han pasado de ser invernantes a sedentarias.

El secretario de Organización del PSOE, Rafael Velasco, lo ha visto claro: por ello quiere que los candidatos a las alcaldías de las capitales donde no gobiernan sean elegidos "cuanto antes, mejor". De seguir los cauces habituales, el PSOE debería esperar hasta octubre de 2010 para comenzar a discutir sobre ello, de tal modo que sus alcaldables serían proclamados en enero de 2011, a cinco meses de las elecciones. Demasiado tarde, opina Velasco. Por ello va a solicitar la semana entrante a la dirección federal un cambio de calendario. Cuenta con un ejemplo a su favor: Carmen Peñalver pudo recuperar para el PSOE la alcaldía de Jaén porque tuvo dos años para dedicarse a ello a cara descubierta.

Los objetivos están muy definidos: el PP quiere ganar todas las capitales, lo que pasa por conservar las actuales (Cádiz, Huelva, Málaga, Almería y Granada) y ganar por mayoría absoluta en Sevilla, Jaén y Córdoba. En esta última ciudad es donde lo tiene más fácil: José Antonio Nieto se quedó a un concejal de la mayoría absoluta, y la marcha de Rosa Aguilar a la Junta le ha despejado el camino.

La intención de Velasco obedece más a la reflexión que a las prisas, pero las sustituciones en los ayuntamientos no sólo se logran con buenos candidatos: antes, y esto es casi un axioma conocido en los partidos, tienen que deteriorarse los alcaldes gobernantes. Teófila Martínez sigue en Cádiz casi tan fuerte como en 1995, y la intención de algunos destacadísimos socialistas de enfrentarla con la ministra Bibiana Aído sólo supondría una segunda trampa en su carrera política. Granada y Almería siguen siendo muy fieles al PP, y sólo en Huelva, donde gobierna el popular Pedro Rodríguez, es donde creen los socialistas que hay más opciones. En Málaga, Francisco de la Torre está bien asentado, aunque el PSOE cuanta allí con dos posibles candidatos de peso, aunque con pocas ganas de hacer política local: la ex ministra Magdalena Álvarez y Bernardino León, el principal asesor de Zapatero en política exterior. En Córdoba, donde Nieto roza el sillón que dejó Rosa Aguilar, el PSOE puede tener la tentación de presentar a su secretario provincial, Juan Pablo Durán, un hombre muy conocido en su casa.

Sevilla es un caso especial: las europeas han puesto de manifiesto que los socialistas arrasan en todos los comicios menos en las municipales. Es como su si alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, restara brillo a la marca PSOE. Monteseirín confía en que su política de obras se note en las encuestas antes de las elecciones. Si no es así -y el nombramiento depende de Madrid-, la consejera de Salud, María Jesús Montero, e incluso el de Vivienda, Juan Espadas, son los mejor colocados para la sustitución. Dos personalidades muy diferentes.

El desafío socialista es evidente: cada vez que el PP pisa suelo urbano lo hace para quedarse. Y ahora van a por Córdoba y Sevilla.

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