Debate del Estado de la Comunidad

Susana Díaz urge a formar Gobierno "más allá de cómo se haga"

  • La presidenta exige a Rajoy, tras apoyar su investidura, una rectificación de las políticas sociales: "Esta vez no pueden pagar los mismos". Al contar con Ciudadanos para el presupuesto de 2017, gana estabilidad hasta 2018.

Susana Díaz reclamó ayer un Gobierno para España, "más allá de cómo se haga o del cómo deba hacerse". La presidenta andaluza, que aún no ha pronunciado la palabra abstención, aunque sí algunos de sus hombres de confianza, situó la crisis de gobernabilidad del país en el primer párrafo de su discurso de ayer en el Debate sobre el estado de la Comunidad, que durante estos días se celebra en el Parlamento. Este "más allá de cómo se haga" llama a la investidura del presidente Mariano Rajoy la próxima semana, y en este sentido, la presidenta también avanzó cuál será la posición de su partido en la oposición: exigirle una rectificación en materia social. "Esta vez los sacrificios no se le puede volver a pedir ni a los trabajadores ni a las clases medias ni a las comunidades autónomas", indicó Díaz. 

 

La presidenta, y secretaria general del PSOE, es maestra en el manejo de los tiempos políticos, casi nadie puede discutirle eso. El lunes pasado, su número dos, Juan Cornejo, reclamaba la abstención del PSOE a Mariano Rajoy. La federación de Susana Díaz subía, así, el telón de silencio de los barones favorables a la investidura; al día siguiente, la gestora, presidida por Javier Fernández, fijaba la autoridad del comité federal ante sus diputados y senadores, y ayer, poco antes de comenzar el debate andaluz, Ciudadanos le garantizaba el apoyo al presupuesto de la Junta de 2017. De este modo, Susana Díaz cuenta con un intervalo de estabilidad hasta 2018, tanto para acometer su proyecto andaluz como para intentar liderar su partido a nivel nacional. A diferencia de otras comunidades y del propio Gobierno de la nación, Andalucía cuenta por delante con muchos meses de tranquilidad política.

 

Por eso, el inicio del debate tuvo un marcado carácter nacional y de reivindicación ideológica del PSOE, ahora que su partido será cuestionado desde la izquierda por el apoyo a la investidura de Rajoy. "Estamos poniendo en riesgo la paciencia de los ciudadanos", dijo al referirse a la ausencia de Gobierno desde el 20 de diciembre de 2015. Y siguió: "Se trata de una cuestión capital porque está en juego la confianza de los españoles en sus instituciones y porque la propia unidad del Estado está siendo objeto de amenazas directas". En su opinión, y puede que sea la de su partido, el Gobierno del PP deberá acometer los ajustes que solicita Bruselas, pero desde otra perspectiva. No se deberían realizar más recortes, sino garantizar nuevos ingresos. "Esta vez los sacrificios no se le puede volver a pedir ni a los trabajadores ni a las clases medias ni a las comunidades autónomas", indicó la presidenta, quien adelantó que su partido solicitará, ahora, la defunción de la Lomce (la ley de educación) y la negociación del nuevo sistema de financiación autonómica. "Estamos en unos momentos que hasta Draghi ha dicho que hay que subir el salario medio de los trabajadores, ya está bien de que siempre  paguen el sacrifico los mismos", explicó.

 

Uno de sus objetivos es cambiar ahora el sistema de financiación autonómica, ya caducado. Este modelo se ha revelado como insatisfactorio, ya que provoca desigualdades en el gasto en servicios esenciales por habitante y año e hasta  920 euros. 

 

Díaz ha cumplido 16 meses de legislatura, y durante este tiempo los únicos sobresaltos de su ejercicio han venido de la mano de los casos de corrupción, básicamente el de los ERE y el de los cursos de formación. La presidenta anunció la puesta en marcha de la Oficina Antifraude, que es una demanda de la oposición. Y aunque hizo autocrítica, fue dura con quienes "acusan de corrupción a sabiendas que no lo es, porque eso supone dañar la democracia (…); Andalucía no se merece que su nombre se manche gratuitamente". 

 

Díaz quiso colocar a su partido entre la derecha y la izquierda "ilusionista" de Podemos. Subrayó que como líder de un Gobierno de izquierdas cumple con una premisa que considera "básica", "derrotar en las urnas a la derecha y mantenerla en la oposición, donde menos daño hace". "Ahí es donde el PSOE andaluz y yo misma tenemos a la derecha, donde menos le gusta estar", apostilló.  Así, y para diferenciarse de Podemo, reivindicó una izquierda "seria, consecuente, y alejada del ilusionismo oportunista", y rechazó que la política se plantee como un juego de "todo o nada, más que un error es una deslealtad a la gente".

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