Andalucía

"¿El 6 de octubre, cuando se mataron los niños?"

  • El acusado de asesinar a sus dos hijos en Ubrique varía una vez más su versión de los hechos y ahora incluye en su relato de un crimen entre hermanos un nuevo cuchillo

"¿Qué recuerda del 6 de octubre?" "¿El 6 de octubre? ¿Cuando se mataron los niños?" Juan Márquez ofreció ayer su tercera versión sobre cómo se produjo la muerte de sus hijos, Laura y Juan Pablo, de 19 y 17 años, en la madrugada del 6 de octubre de 2014 en su domicilio de Ubrique. En la segunda sesión del juicio, la declaración del acusado, que se prolongó casi tres horas, supuso una variación sobre su anterior narración exculpatoria en el juzgado, después de que horas después del crimen se hubiera confesado culpable. En un relato apenas comprensible por sus sollozos se pudo intuir que el crimen fue el resultado de una pelea entre los dos hermanos en la que él habría intentado mediar arrebatándoles los cuchillos cuando ellos ya se habían herido mortalmente. A continuación, corrió al bosque "a ahorcarme porque se me echó el mundo encima", deshaciéndose no de un cuchillo, sino de dos, además de los guantes de látex que, según él, tenía puestos su hija, "que murió en mis brazos".

 

La principal novedad en esta nueva versión es la aparición de otro cuchillo, una aparición que sólo figura en el relato del acusado, ya que a efectos de prueba ese cuchillo nunca ha existido. Hasta este momento, el acusado afirmaba que en la refriega mortal entre hermanos sólo había un cuchillo, el cuchillo de matanza que, ensangrentado, fue mostrado al jurado. La historia parecía bastante inverosímil, ya que si fuera así los hermanos tendrían que haberse turnado el cuchillo para apuñalarse. Con la mención a un nuevo cuchillo, "un cuchillo de cocina normal" que no describió con demasiada precisión, parecía que el acusado trataba de dar forma algo más sólida a su defensa. "Yo no veo ahí -en referencia a la caja de las pruebas- el otro cuchillo", dijo en lo que parecía ya una alucinación, ya que no podía estar en esa caja un cuchillo del que nadie conocía su existencia hasta ese momento. Al ser preguntado que por qué no había mencionado antes este cuchillo, justificó que "para que mi hijo no rezara como un asesino. Lo siento, hijo -continuó-, pero ya no puedo más. Si me lo tengo que comer, me lo comeré porque soy su padre. Pero fue así: mi hijo mató a su hermana". 

 

El relato era tan enrevesado que el propio jurado, después de su larga declaración, tuvo que pedirle algunas aclaraciones sobre detalles que parecían poco comprensibles, como que Juan Pablo, mortalmente herido -había sido degollado-, hubiera podido cerrar la puerta de la casa con pestillo por dentro. La secuencia de los hechos era confusa. Dice que se fue a dormir desnudo y que por eso se vistió completamente cuando escuchó las voces de la supuesta discusión entre Laura y Juan Pablo, "para que no me vieran desnudo"; que la pelea se había originado porque, según le dijo Juan Pablo, supuestamente mientras la pelea se desarrollaba, Laura había robado una bolsa que contenía oro; que en ese momento, en la habitación de Laura, ninguno de los dos llevaba un arma, pero que él va a mirar si falta el oro que indica Juan Pablo, a "unos seis metros", y en ese pequeño plazo los hermanos ya se han armado con los cuchillos y aparece Juan Pablo diciendo que Laura le ha matado. ¿Cómo pudieron asestarse tantas  cuchilladas en tan poco tiempo? Y entonces el acusado esgrime que no se acuerda. ¿Cómo sale en un forcejeo él con su hija a llamar a la puerta de un vecino? "Porque ella estaba agarrada a mí". ¿Cuál de sus dos hijos murió antes? No lo sabe. A todas esas preguntas que generaban dudas, Márquez contestó con respuestas parecidas: "No sé cómo se mataron, pero lo hicieron. Yo no he matado a mis hijos". Y más adelante: "Nunca he pegado a mis hijos". Y luego, "nunca he matado a ningún animal, sólo despedazaba en la matanza". También repitió varias veces que "Laura me quería matar".

 

De sus tres versiones la única que parece tener lógica, aunque será el jurado el que dictamine sobre ello siguiendo las pruebas que se exhiban en los próximos días, es la que realizó ante la Guardia Civil poco después del crimen, tras ser encontrado en un paraje de la Sierra con la ropa totalmente empapada de la sangre de su hija. Allí admitió que él mató a sus hijos. Márquez se desdijo de esta declaración firmada de su puño y letra. "Me aplastaron la cabeza los guardias y me golpearon en los oídos. En la celda me sangraban los oídos, no escuchaba ni entendía nada.  No recuerdo nada de esa declaración". En aquella declaración, le recordó el fiscal, llegó a afirmar que si Juan Pablo no se hubiera despertado seguiría vivo. "Eso es mentira. Yo quería a Juan Pablo". A Laura no porque "se había vuelto rebelde y no atendía a razones".  A Laura no la quería porque Laura no quería ver a su nueva novia, una joven marroquí, en la casa; a Laura no la quería porque no quiso negociar con él la entrega del piso. "Mi hija no quería que yo estuviera con ninguna mujer, quería que yo estuviera siempre solo, aunque  ella podía  tener los novios que quisiera, que dejó a uno aquí y se fue con otro en Sevilla. Si yo no hubiera tenido a esta mujer, hubiera tenido otra", manifestó seguro, muchas veces hablando como si sus hijos vivieran, aún rencoroso con Laura, en una realidad paralela.

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