Andalucía

"Sufrí 16 años de maltrato y he aprendido a escapar, a no tener miedo"

María, nombre con el que prefiere mantenerse en el anonimato, puso fin hace unos meses a 16 años de maltrato físico y psicológico. En las clases de defensa personal que ofrece la asociación municipal Formadores Sin Fronteras encontró "una terapia para afrontar la agresión, mirar de frente y saber reaccionar". "Tenía miedo y me bloqueaba o actuaba con rabia y fuerza. Aprendes a equilibrar, a nivelar", explica.

Fue después de los primeros entrenamientos cuando María decidió dar un paso al frente y denunciar a su pareja. "He aprendido a saber escapar si me cogen del cuello o se me suben encima. He mejorado mi forma física y la flexibilidad. Las sesiones aumentan también la confianza ante una agresión sexual. Yo buscaba defensa para un familiar, fui a acompañarle y terminé entrando. Ahora llevo un GPS para estar siempre localizada", cuenta la mujer, que asegura haber visto a chicas que "se echaban a temblar" con el simple hecho de que alguna compañera las cogiera del kimono para realizar alguna técnica. "Si nos vemos acorraladas, controlamos el arma con el que se nos amenaza y conseguimos inmovilizar al otro", señala. María está convencida de que "la actitud ante un combate es la misma que ante la vida". "Nuestro oponente suele ser un hombre con más fuerza que nosotras. Nos enseñan a utilizar la fuerza del otro a nuestro favor", relata.

La asociación, creada hace 10 años, ofrece defensa personal no sólo para las víctimas del maltrato machista, también para aquellas mujeres que se proponen sentirse más seguras. "Muchas se aíslan por vergüenza o miedo a su situación. Otras están atemorizadas. Hemos conocido a algunas que vivían en pisos franco. El deporte tiene el aliciente de que crea endorfina, que a su vez genera bienestar. Al principio agachaban la cabeza pero ahora pelean con cualquiera", detalla el presidente del colectivo, César Pelegrín, que fue medalla de oro de las artes tradicionales japonesas en Tokio.

La entidad ofrece consejos sobre seguridad a mujeres maltratadas como gritar "fuego" y no "socorro" si sufren alguna agresión para que acudan a auxiliarla, además de tener códigos en el móvil que le permitan con sólo pulsar un botón comunicarse rápidamente con un familiar o un vecino en caso de que se encuentren peligro. Los responsables se centran este mes en talleres orientados a frenar el acoso escolar. "Les decimos que nadie es más que nadie. Incidimos también en el ciberacoso. Pedimos cautela con los amigos virtuales", señala el presidente.

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