Andalucía

El 'Vaquilla de la Bahía' vuelve a quemar goma

Los policías le pusideron el apodo del Vaquilla de la Bahía. Porque, como el histórico delincuente que inspirara el cancionero popular de los 80 y películas de serie B, también cuenta con un sinfín de detenciones -nada menos que 53 hasta la fecha-, ha pasado siete años en la cárcel y ha protagonizado altercados de todo tipo con las fuerzas de orden público que se han intensificado en los últimos meses.

Su nombre es Jesús P.V., y también es conocido en los bajos fondos como El Pekas. Nació en San Fernando (Cádiz) hace 32 años y reside en La Ardila, barrio isleño que está harto de sus fechorías y de que una y otra vez se decrete su puesta en libertad con cargos. Su especialidad es el robo de ciclomotores con los que ataca a mujeres mayores por el método del tirón. Alguna ha sufrido lesiones graves.

El pasado sábado provocó que que tuviera que cortarse el tráfico en la A-4, que une San Fernando y Puerto Real, a la altura del Barrio Jarana, para que la Policía pudiera rastrear su pista tras un nuevo robo. El Pekas había sido detenido el día anterior por otro robo y puesto en libertad a las pocas horas. Lo primero que hizo nada más abandonar los juzgados fue robar una moto y dar un palo en Puerto Real. La alerta se propagó por toda la Bahía y los agentes iniciaron una persecución que puso en peligro a conductores que circulaban tranquilamente a esa hora de la tarde. Cuando se vio cercado dejó la moto en la cuneta y emprendió la huida a pie por las marismas de la zona, hasta ser localizado en un caserón abandonado. Fue llevado a la Comisaría de El Puerto de Santa María y posteriormente conducido a los Juzgados de Puerto Real, donde el juez le tomó declaración antes de volver a dejarlo en libertad, pese a que en el momento de ser detenido aún llevaba encima objetos robados.

El Pekas está enganchado a las drogas y el alcohol. Empleados de supermercados de la zona aseguran que lo han visto beberse una botella de whisky a palo seco nada más sacarla del establecimiento. Esto lo convierte en una bomba de relojería que obliga a la Policía a tenerlo vigilado de cerca. Sobre todo, el Vaquilla de la Bahía actúa en San Fernando, pero también en Cádiz, El Puerto o Puerto Real.

Además de estar siete años en prisión después de que se le fueran acumulando condenas por diferentes robos, en los últimos tiempos su actividad ha crecido considerablemente. De hecho, fue detenido el 6 de marzo, el 30 de abril, el 12 de mayo, el 16 de mayo y el 17 de mayo. Cinco detenciones por tirones, perpetrados desde motos robadas o a pie, en poco más de dos meses. La Policía ya se pregunta dónde volverá a actuar para procurarse una nueva dosis de droga.

También ha estado al otro lado, en el de la víctima: hace unos meses tuvo la ocurrencia de robar la moto a unos colegas del barrio. Lo esperaron en el portal de su casa y le dieron una paliza de la que tuvo que ser atendido en el hospital y que le dejó cicatrices visibles en el rostro.

Los vecinos se preguntan cómo es posible que el Pekas, con más de medio centenar de detenciones y múltiples antecedentes, sea puesto en libertad sistemáticamente por los jueces, que parecen contentarse con las promesas de Jesús de una reinserción social que no llega.

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