Andalucía

Veinte tramos de riesgo al volante

  • Los puntos negros de las vías andaluzas que gestiona Fomento se han reducido un 41% desde 2012 pese al descenso de la inversión

Pueden denominarse tramos de concentración de accidentes, según el Ministerio de Fomento, o zonas con un alto índice de riesgo, según la asociación EuroRAP y el Real Automóvil Club de España (RACE), pero son más conocidos como puntos negros. Son los trayectos de las carreteras que suelen aparecer en las noticias por la cantidad de siniestros que registran de forma recurrente, desafiando la tendencia a la baja de las estadísticas de accidentes de tráfico. En las vías andaluzas gestionadas por el Ministerio de Fomento hay todavía 20 puntos negros, señalados por RACE en su último estudio sobre siniestralidad a nivel nacional, lo que supone un descenso del 41% respecto a los existentes en 2012.

El documento analiza 2.743 kilómetros en Andalucía, ya que obvia las vías que soportan un tráfico de menos de 2.000 vehículos al día por considerar que la muestra no es suficiente. En base a los datos de Fomento y la Dirección General de Tráfico, los analistas de RACE han detectado 326 kilómetros de riesgo elevado en las carreteras andaluzas, es decir el 11,9% de la Red General del Estado. El dato la coloca como la cuarta comunidad autónoma con un mayor porcentaje de peligrosidad, sólo por detrás del Principado de Asturias, Galicia y Cataluña.

"El perfil de tramo con nivel de riesgo elevado correspondería a una carretera convencional de calzada única, con intersecciones al mismo nivel y con un tráfico de entre 2.000 y 10.000 vehículos al día", señala Jorge Castellanos, coordinador de Seguridad Vial y Movilidad de RACE, que propone soluciones como la construcción de cruces a distinto nivel, una mejor señalización e iluminación y la mejora de las barreras de protección existentes.

Por provincias, sólo Almería se libra de entrar en esta lista negra y es Jaén quien se lleva la palma, con seis puntos peligrosos. En lugares intermedios se sitúan las carreteras de Córdoba, Granada y Sevilla, con dos cada una; Cádiz y Málaga, con una por demarcación; y Huelva, con tres. Para completar el registro hay tres vías que unen dos provincias, la N-340, entre Maro (Málaga) y Almuñécar (Granada); la N-433, entre Valdeflores (Sevilla) e Higuera de la Sierra (Huelva); y la N-4, entre El Cuervo (Sevilla) y la intersección con la N-346 a la altura del aeropuerto de Jerez de la Frontera, aunque esta vía también se considera peligrosa en dirección Cádiz desde la intersección con la N-333, a la altura de Los Palacios y Villafranca.

No todas estas vías se consideran igual de peligrosas ni se han mantenido en el mismo nivel en los últimos años. El tramo de la N-432 que va de Pinos Puente a Atarfe, en Granada, ocupa el puesto 11 a nivel nacional, aunque su riesgo ha decrecido desde el año pasado. Le sigue de cerca el mencionado trayecto entre Valdeflores e Higuera de la Sierra, situado en el puesto 15 de la clasificación y que ha empeorado sus condiciones desde 2012. Con una longitud de casi tres kilómetros, la parte de la A-7 que circunda Castell de Ferro (Granada), es el tercer recorrido con mayor tasa de riesgo de Andalucía, una zona que también ha experimentado mejoras, pero no las suficientes para bajar del número 28 entre los puntos más peligrosos de España. En el puesto 24 vuelve a aparecer la N-432, en esta ocasión desde su punto kilométrico 388,3, en Alcalá la Real, hasta el 399,8, a la altura de Puerto Lope, en Granada, donde también ha disminuido la peligrosidad de forma leve. La travesía desde Maro a Almuñécar por la N-340 es el quinto punto más complicado de la comunidad -el 31 de España-, después de dos ejercicios consecutivos con peores datos de siniestralidad. Entre los 15 puntos negros restantes, ocho (53%) han experimentado un descenso en su tasa de riesgo, mientras hay siete (47%) que han visto empeoradas sus condiciones para la conducción. De la misma manera, han desaparecido nueve tramos con alta peligrosidad que sí estaban en la clasificación de 2013 -cuando había 24 en total-, pero se han sumado cuatro nuevos. Uno de ellos es inédito y pertenece a la N-502 en el trayecto que va desde Alcaracejos a la N-432 a la altura de Espiel, en Córdoba.

Según RACE, la solución sólo se consigue a través de la inversión, en este caso procedente de la administración central, que experimentó un descenso significativo en el periodo entre 2012 y 2014. Según fuentes gubernamentales, el Ministerio de Fomento destinó 92.508 millones de euros al mantenimiento de las carreteras andaluzas de su competencia en 2012. Al año siguiente, fueron 84,875 millones y el mínimo se alcanzó el año pasado, con una dotación de 77.950 millones. En los presupuestos de 2015 se recupera la cuantía hasta los 92.616 millones de euros.

Entidades como DIA, la Asociación Estatal de Víctimas de Accidentes ponen el punto de mira en el aumento de accidentes mortales después de más de dos décadas de descenso sostenido, si se exceptúan algunos años de la segunda mitad de la década de los 90 y los primeros 2000. "A fecha del 28 de febrero se registran 165 fallecimientos, 35 más que en el mismo periodo del año pasado", apunta el presidente de este organismo, Francisco Canes, que apuesta por una mayor concienciación de la población y la inversión en mantenimiento y mejora de las vías. "Los conductores lo vemos en nuestro día a día. Hay carreteras con baches, grietas, falta de señalización e iluminación y zonas que necesitan guardarrailes y que no los tienen", señala Canes, que se refiere especialmente a las carreteras secundarias, donde se produce el mayor número de accidentes. La estadística refleja que los datos mejoran -a pesar del descenso en la inversión de los últimos ejercicios- pero los requerimientos de conductores y víctimas son comprensibles, en la medida que el objetivo debe ser bajar la tasa de siniestralidad accidental a una cifra lo más cercana posible al cero.

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