el resto del tintero

Susana Díaz vuelve al AVE

  • La presidenta de la Junta invita a Pedro Sánchez a Andalucía con el objeto de neutralizar las dudas que ha proyectado sobre su liderazgo

SUSANA Díaz ha invitado a Pedro Sánchez a celebrar un acto conjunto en Andalucía en los próximos días con la intención de zanjar las dudas que ella ha proyectado sobre el liderazgo de su secretario general. Quien fue el apoyo imprescindible de Pedro Sánchez frente a Eduardo Madina en el congreso extraordinario del PSOE del mes de julio trata de mitigar lo que casi todo el mundo ha entendido como una andanada contra su secretario general; sutil quizás, no grave, pero llamativa. La presidenta ha conversado con el líder de su partido en varias ocasiones desde el pasado domingo, cuando la presidenta andaluza, a través de El País, quiso marcar sus diferencias con el secretario general: cada uno, dijo, tiene sus propias estrategias.

A Díaz no le ha gustado que Pedro Sánchez interviniese en el programa Sálvame ni que propusiera que las mujeres víctimas de violencia machistas fueran enterradas en funerales de Estado ni que apostase por la desaparición del Ministerio de Defensa. Y mucho menos que Cataluña sea considerada una nación. Una entrevista, en definitiva, que ha sido juzgada por la dirección de Ferraz como muestra de una "frialdad" no esperada. "La lealtad no está reñida con tener una voz propia", explicó Susana Díaz ayer a este diario, ante el que repitió que Sánchez "tiene mi apoyo todos los días, aunque a veces discrepe". Según Díaz sus discrepancias se limitan, básicamente, a eso: a la comunicación. "Hablamos casi todos los días", repitió.

Sánchez cumplió el sábado pasado cien días al frente de la Secretaría General de su partido, y al menos llama la atención -los balances son así- que no haya compartido todavía un acto político con Díaz en Andalucía. Algunos de sus seguidores con los que este medio ha hablado sostienen que esto es algo a lo que debería responder el PSOE andaluz, no Pedro Sánchez ni la dirección de Ferraz. El secretario general sólo estuvo en la comunidad en el mes de agosto, cuando pasó parte de sus vacaciones en Almería y le organizaron algunos actos de carácter muy local. Tampoco fue invitado al mitin de Sevilla donde se celebró el año de mandato de Susana Díaz porque se interpretó que era una conmemoración muy regional.

A la entrevista en el citado medio, le siguió ayer otra en Onda Cero y proseguirá la participación de Susana Díaz en un foro en Madrid para hablar de la posición de Andalucía frente al desafío independentista de catalán. La presidenta calienta motores, vuelve así al AVE y recupera su presencia en la vida política nacional, de la que se apartó un paso atrás después de la elección de Sánchez. "Lo que no puedo pasar es del tutejale a la frialdad", ha declarado Díaz no sin cierta ironía sobre las interpretaciones que se hacen sobre sus intenciones.

La versión del entorno de Susana Díaz mantiene que la presidenta sólo hace lo que explicó en el congreso, que quería tener una "voz propia" como presidenta andaluza en el debate nacional, y que por ello se negó a entrar en la Ejecutiva de Pedro Sánchez, a pesar de las reiteradas llamadas de su, entonces, amadrinado. Es más, Díaz mantiene un cargo federal que le permitiría acudir a las reuniones de la Ejecutiva, pero no asiste, como tampoco lo hizo a la reunión del último comité federal.

Ahora, Pedro Sánchez y Susana Díaz tratan de mitigar esta sensación, aunque en Ferraz han saltado las alarmas. " A Pedro se le está poniendo cara de Borrell", explicó a este medio uno de sus seguidores en referencia a lo ocurrido durante el mandato de Joaquín Almunia como secretario general. El aparato del PSOE terminó por cansar al hombre que había ganado las primarias para ser el candidato a la Presidencia del Gobierno, Josep Borrell. Sánchez no es el candidato; de momento, es secretario general, pero ya ha anunciado que en verano se presentará a estos comicios para también ser el cabeza de cartel en las generales. Díaz se ha apresurado a explicar que no lo apoyará porque, en el caso de concurrir más de uno, debe guardar la neutralidad como secretaria general que es del PSOE andaluz. En realidad, esto de la supuesta no influencia de los secretarios generales lo inauguró José Antonio Griñán aunque en realidad hizo todo lo contrario: apoyó, primero, a Carme Chacón en el congreso contra Alfredo Pérez Rubalcaba.

Son muchos en el PSOE quienes opinan que Susana Díaz sólo dio un paso atrás este verano al no presentarse a las primarias para ser secretaria general, de ahí que estas primeras críticas a Sánchez se entiendan como el prólogo de un proceso de erosión del liderazgo que acabaría en una llamada de auxilio a Susana Díaz por parte de los socialistas para que salve a su partido. Según esto, la presidenta andaluza no habría podido enterrar su vocación nacional, y sólo estaría penando en un nuevo momento. No obstante, y aunque ello fuese verdad, y bien es cierto que algunas veces lo parece, Susana Díaz tendría que pasar antes por unas elecciones autonómicas andaluzas. Y si es así, y la presidenta nunca ha desvelado su hoja de ruta a nadie, Sánchez también estaría contribuyendo a ello con su desliz hacia la banalidad.

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