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Del futuro y los afectos

  • El alcalde es optimista con el futuro de la ciudad, pero si se le piden algunas concreciones apela a la imposibilidad de predecir los hechos.

El alcalde sacó el capote. Ni una referencia al tsunami de Podemos, ni una palabra para los chicos de Pablo Iglesias, ni tampoco una concesión para el líder de la oposición socialista en el Ayuntamiento, Juan Espadas, su rival más directo en los comicios de mayo de 2015. Juan Ignacio Zoido puso la directa cuando fue preguntado por el más que previsible candidato del PSOE en las municipales y por el avance de la marca electoral que ha fracturado el voto de la izquierda: "Yo no tengo tiempo de preocuparme ni de Juan Espadas ni de Podemos, ni de Ganemos". Lo dijo con cierto desdén y ante un salón abarrotado que recibió con algunas sonrisas su repentina contestación. ¿Y quién manda en Sevilla, la ciudad de las mil y una leyendas recurrentes sobre los poderes fácticos? El alcalde dice que él no manda. Lo de mandar no suena bien en su argumentario. Pero sí admite que organiza y coordina. Y aquí sí que tuvo una concesión para la galería: "En Sevilla mandan los sevillanos".

En la sala estaba presente el presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno Bonilla, y el ex presidente de esta formación y actual vicesecretario general del PP en España, Javier Arenas, el factótum de los populares andaluces, el líder natural todavía en la sede de la calle San Fernando. Para España, Arenas es la imagen del PP en Andalucía. Zoido evitó suspicacias a la pregunta sobre el papel que sigue jugando Arenas en Andalucía. No lo echa de menos, al menos oficialmente; que ya se sabe que los afectos se mueven en el terreno personal. No tuvo dudas en referirse al líder "claro" que tiene su partido en la comunidad autónoma: Moreno Bonilla. Y aseguró que él y Arenas comparten la misma opinión sobre su fortaleza como referente regional del partido.

El alcalde, por supuesto, defiende su gestión a ocho meses de las elecciones locales. Enumera las inversiones, pero no adelanta las que aún han de venir por "prudencia y discreción". ¿Pero vendrán más? "Yo no sé lo que puede ocurrir mañana. ¿Quién le iba a decir a Botín que se iba a morir?".

De nuevo tiró de la memoria reciente (no de la histórica) para recordar la falta de apoyos que percibió en 2006, cuando Arenas lo elevó a candidato a la Alcaldía. "Gané las elecciones". Como no gobernó, "dijeron que me iría a ejercer de magistrado, pero no me fui, me quedé en el Ayuntamiento". Si Sevilla no resulta simpática a las demás provincias andaluzas, Zoido tiene claro que hay un culpable. O, mejor dicho, una culpable: "La Junta". La Administración autonómica "boicotea" a la ciudad. El alcalde pone un ejemplo: "La Torre Pelli se ha construido con el silencio administrativo de la Junta".

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