Andalucía

Entre la rutina y la convicción

Los recursos ligados a la religiosidad popular dividen a los andaluces, entre los que sostienen (45,4%) que se dedica demasiado tiempo a organizar procesiones, romerías y fiestas similares y un 50,7 % que no comparte esa opinión. Un estudio titulado El relato sobre la identidad y buena vida de Andalucía, del Centro de Estudios Andaluces, desvela las "contradicciones" de la relación de los andaluces con lo sagrado, más acusadas que en otros lugares, y apunta que esto pudiera "operar como obstáculo para que la sociedad andaluza avance en el proceso de racionalización propio de la modernidad".

El informe señala que los recursos ligados a la religiosidad popular como el tiempo y los preparativos en general, que alteran el desarrollo normal de la vida urbana, del trabajo y de la producción, es un asunto "sensible" por miedo a que se malinterprete, aunque también se destacan sus ventajas como reclamo para el turismo.

Frente a una minoría que dice participar en estas actividades sólo por sus creencias, la mayoría vincula la religiosidad a la fiesta, la diversión y la convivencia entre amigos hasta el punto de que es "difícil separar qué es lo que más importa realmente a quienes participan en ella". También se destaca la "relevancia social por la ocupación y la ostentación de cargos en las hermandades y cofradías".

La religión es un aspecto central de la vida corriente de los andaluces y de hecho una amplia mayoría se declara católica, aunque la proporción ha descendido entre diez y quince puntos porcentuales en los últimos quince años al pasar de casi el 90 % a una cifra entre el 75 y el 80 %. Este descenso es menor que el registrado en España, aunque la cifra de católicos que dice no asistir casi nunca a actos religiosos alcanzaba el 64 % en España y el 61 % en Andalucía.

Esto indica, según el documento del Centro de Estudios Andaluces, un escaso compromiso de los católicos con los preceptos de su religión, que puede "significar un alejamiento progresivo de la misma, aunque no se abandone formalmente". Se trata de un proceso de secularización que en Andalucía tiene lugar de manera algo más lenta que en el resto de España.

Por todo este proceso la religión influye poco en la vida de los andaluces, aunque se siguen practicando los rituales del bautismo, la primera comunión, el matrimonio y los funerales, si bien están en declive, según el informe, que destaca que muchos de los rituales se siguen practicando más por rutina que por convicción y por la ausencia de otros que los sustituyan en la celebración de estos grandes acontecimientos familiares.

Tampoco la religión católica influye mucho en cuestiones de moral, como las relacionadas con la sexualidad y la procreación. El informe atribuye este "alejamiento de los creyentes de su iglesia" a que una mayoría (68 %) ve mal que la Iglesia intervenga en el debate político y opinen (61 %) que las posiciones de la Conferencia Episcopal no representa la opinión de la mayoría de los católicos y, en menor medida (48 %), deseen que la financiación de la Iglesia por el Estado fuera más baja.

Pese a todo esto, a la Iglesia Católica se le reconoce el papel que desarrolla en materia de asistencia social y atención a los más necesitados, especialmente a través de Cáritas.

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