Andalucía

"Muchos me provocaban. No habrá más peleas, sin problema"

  • Los mensajes que el director envió a algunos alumnos desataron las denuncias

"No soy un enfermo". "Quizá sea un maltratador". "Hay niños que me provocan". "No habrá más peleas ni palizas". "Se tomaría como un juego". Las capturas de estas respuestas del director del centro a un alumno que le acusaba de ser un pederasta por whatsApp obran en poder de la Policía Nacional y fueron el detonante de las denuncias de unos hechos que, según una de las madres que ha decidido acusar a López Luna, se remontan a mediados del curso recién terminado. "Yo le decía a mi hijo que no era muy normal que acudiera tanto al despacho del director, que al despacho de un director se va cuando uno ha hecho algo mal. Él me decía que iban allí a jugar. Le senté conmigo y le expliqué qué era la pedofilia y le dije que si lo que le estaba contando coincidía con algo de lo que sucedía en ese despacho. Él me dijo que no".

Esta versión cambió hace unas semanas, cuando su hijo y un compañero le contaron qué sucedía dentro del despacho. "Me contaron que les dejaba jugar con el ordenador. No es que él les pusiera porno, pero si ellos veían imágenes subidas de tono, él no se lo impedía. Y luego estaban los juegos, que consistían en pegar puñetazos y golpes en el costado. Era lo que había que pagar por el premio de haberles sacado de clase. Mi hijo nunca tuvo marcas, pero ahora sabemos que otros niños sí, aunque niños de esa edad, entre doce y catorce años, que tengan marcas puede ser hasta normal. Quiero decir, a muchos padres todo esto no nos parecía muy normal, pero la verdad es que del tema no se hablaba y, por lo que sé, tampoco se hablaba entre ellos, entre los chicos".

A otra de las madres denunciantes le cuesta entender que entre el profesorado no existieran sospechas de lo que sucedía. "No es muy normal que el director entre en una clase a llevarse a los niños a su despacho. ¿Nadie preguntó qué hacia el director con los niños en su despacho?"

Una madre de un alumno matriculado en Salesianos manifestó ayer a este medio que en alguna ocasión compartió con otras madres la extrañeza que le producía que el director llevara a su despacho a tantos alumnos. "En el despacho siempre había un chorro de niños. Niños que iban a estudiar allí, pero a mí eso no me parecía normal, y lo he comentado en varias ocasiones con otras madres. Se sabía que lo hacía y que los alumnos que llevaba a su despacho eran todos de entre 12 y 14 años".

Esta madre se puso ayer en contacto con dos amigas que tienen hijos entre esas edades y comentó que ambas habían preguntado a sus hijos si habían percibido algún comportamiento extraño por parte del director. Los niños lo negaron.

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