Memorias lucrativas

Duros descalabros políticos pueden resarcirse con la autoría de memorias que procuran un lucro mayor

Las penas con pan son menos. Aceptado sea el refrán, aunque los dichos sentenciosos puedan resultar controvertidos y tengan como fuente de autoridad la inspiración o el veredicto popular. Por eso a Hillary Clinton los descalabros del pasado proceso electoral estadounidense, frente a Donald Trump, aunque pudieran provocarle más de un disgusto, seguro es que le reportarán un lucro para nada cesante. Ya que, a modo de memorias, ha contado Lo que pasó -así se titula el libro- para resarcirse de la derrota. En las listas de ventas, la calidad literaria no justifica necesariamente la posición o presencia de los títulos. Dado que no pocas promociones editoriales se aseguran la obtención de beneficios con obras en que asuntos de la intimidad, confesiones singulares o hechos donde se cruzan conspiraciones y argumentos atractivos -suele decirse morbosos- llenan las páginas que hagan falta y los libros ocupan los anaqueles principales de las librerías. Así, las supuestas maquinaciones de un exdirector del FBI y el detalle de los modos de Trump, del que Hillary dice que en un debate presidencial se le acercó por la espalda y tuvo que apartarlo casi con un vade retro -"Atrás"- porque sintió que se le erizaba el pelo. Sin necesidad de páginas y de promoción editorial alguna, el actual presidente norteamericano se bastó con Twitter para presentar a sus treinta y tantos millones de seguidores la portada de un libro ficticio, con su imagen y este título: Lo que pasó fui yo. Pues bien, Hillary Clinton tiene por delante una gira en numerosos estados y ciudades, con actos para los que se venden entradas que pueden alcanzar poco menos de tres mil dólares. Es el precio de un "tique vip platino" que incluye asiento en primera fila, fotografía con la candidata demócrata devenida en escritora de memorias y dedicatoria personal del libro. A su cónyuge, el expresidente Bill Clinton, tampoco le ha ido mal con el relato autobiográfico, Mi vida, puesto que se publican ganancias de quince millones de dólares. Del mismo modo, distintos acuerdos editoriales del matrimonio Obama parecen alcanzar los ochenta millones. En fin, dada la que dicen mejorable retribución de los políticos patrios españoles -vade retro usarán algunos para este decir- conveniente sería que pensaran en memorias lucrativas y argumentos atrayentes, que cuestiones hay de sobra y seguro que también negros bien dispuestos a darles forma a propósito.

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