Elecciones Andalucía

Un partido de la liga de hockey sobre hielo

  • En un plató frío, de tonos grises y blancos, el debate fue un soporífero programa · Los andalucistas animaron Twitter

Grises acartonados y blancos rotos. Cuadraditos y metacrilatos para un estudio con aire de oficina de Empleo, un despacho de esos de expedientes y ayudas europeas. O como un ruedo taurino futurista, ideal para los detractores en RTVE. Y todo calculada y pactadamente gélido. Sin colores que hicieran sospechar, siquiera de soslayo, de inclinaciones políticas. Todo medido, todo ajustado. Todo pronunciado a media voz. ¿Éstas eran las manipulaciones que temía el PP? ¿Qué necesidad había de desairar a tantos trabajadores de la RTVA que dan la cara a Andalucía, por encima de sus jefes, y en pro de la objetividad? Un debate como el de este lunes es de esos acontecimientos imposibles de manipular, a fuerza de acordar y acotar. El líder popular, de todas formas, fue el off de los protagonistas, como la señora Colombo o el tío Earl de Hannah Montana. Tan aludido como presente. Siempre el PP en la comparativa, en este duelo por la izquierda con cuchillos de porexpán. Qué bueno cuando Valderas habló de que el PSOE pacta con los requetés en el Norte.

En síntesis lo de anoche entre los señores Griñán y Valderas no puede llamarse un programa de televisión. Fue un debate cerrado, previsible, soporífero. Sin la presencia de Javier Arenas era una retransmisión de la liga andaluza de hockey sobre hielo (si algún día existiera). Y los índices de audiencia entre los andaluces habrán sido dignos de un partido de hockey sobre hielo. Frío, frío. Encorsetado. La andalucista Pilar González lo tildó como un "soliloquio de grillos": los del PA eran los que animaban Twitter. #debateRTVA era a esa hora lo más comentado entre los pajarillos, trending topic nacional, lo que al final despertó sonrisas a los contendientes. Lo que se ha perdido Arenas, pensaban sin disimulos. @PepeGrinan, alguien en su nombre, claro, se llevó la hora larga dale que te pego con lo que decía en pantalla. Y Mabel Mata, siempre educada y eficaz, sin tener que acentuar su papel, iba de negro y rosa palo. El único palo de anoche. Diego Valderas pudo haber dado algún golpe más contundente, era su momento, pero le faltó arrojo. Hasta su ropa giraba hacia lo conservador, con una talla de más, corbata roja guerrera y una banderita en la solapa. Griñán aún vestía más sobrio, con corbata azul. Su misión era no salir excesivamente dañado del envite en el plató frigorífico.

Telecinco, de forma acertada y como si el debate fuera un partido de Champions en vez del tedio del de hockey, no arrancó con la serie de la Pantoja hasta que los candidatos se despidieron. Mayte Zaldívar era la sufriente, qué Andalucía esta la del tomate, mientras Mario Vaquerizo aparecía hinchado en El Hormiguero. Antena 3 propuso un cara a cara, aunque como cadena privada les va más los caras que acompañan a Pablo Motos. Y en La 1, Spiderman 2. El Hombre Araña. El único que arañó algo este lunes.

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