Elecciones Andalucía

El PP y el voto prestado

  • La campaña de Zoido se centra en fidelizar el respaldo de sectores de clase media-baja que ya le dieron su apoyo el año pasado

La campaña se agota. Un repaso a las agendas de las últimas dos semanas revela dónde está el mercado de votos que el PP quiere acaparar para llegar a la necesaria mayoría absoluta que necesita Javier Arenas para gobernar la Junta de Andalucía. Los actos de esta "no campaña" están dirigidos a colectivos muy concretos que responden a un nuevo perfil del PP, mucho más social y de clase media-baja.

El cabeza de lista del PP por Sevilla, el alcalde Juan Ignacio Zoido, trabaja con paso firme en barrios y colectivos desfavorecidos donde ya en las pasadas elecciones municipales consiguió muchos votos prestados. Otra cuestión es ver si el préstamo se renueva o no y aquí se juega la mayoría absoluta el PP.

De hecho, en su campaña se han sucedido varios actos con discapacitados. Este colectivo se agrupa en una red de asociaciones con dilatada experiencia que, hasta ahora, ha tenido muchas dificultades para conseguir ayudas y a quienes Zoido ya le ha tendido la mano en alguna que otra ocasión. No en vano, uno de los representantes de este sector se incorporó como concejal en las pasadas elecciones municipales en el Ayuntamiento de Sevilla, Juan García. Zoido, en las municipales, hizo también guiños a los funcionarios, técnicos independientes y colocó a varios en su equipo de gobierno. E incluso a las asociaciones de mujeres, a pesar de que la igualdad no ha estado muy presente en la agenda del PP hasta ahora.

La maquinaria popular también ha hecho especial hincapié estos días atrás en visitar alguna que otra residencia de ancianos y en hablar con las madres que se las ven y se las desean para compatibilizar la vida laboral y familiar y buscan guarderías públicas. En este segmento se mueve con soltura el PP, que recibe el aplauso de muchas amas de casa de clase media-baja que simpatizaban hasta ahora con la izquierda. Pero la situación general en el país es otra. El cambio del PP ya está dando sus frutos y muchos de esos votos prestados es posible que se queden flotando en el limbo, a la deriva. O, por el contrario, levanten una ola sin precedentes.

Por ello, el mensaje electoral del PP cuando se dirige a estos segmentos apela a los más íntimo y personal. ¿Por qué defender la reforma laboral si se puede hablar de la economía doméstica? Hasta de la sexualidad de las mujeres discapacitadas llegó a hablar María Dolores de Cospedal en un acto sectorial con asociaciones de discapacitados.

Para captar este voto, el PP ha tenido que introducirse en dicha sociedad. Y ahora hay sevillanos que empatizan con el PP e incluso militan y ocupan cargos intermedios en la estructura del partido. Un asesor lo explica de manera gráfica: ¿Cómo saber lo que preocupa o lo que piensan los votantes de tus políticas? Siendo uno de ellos. Las nuevas bases del PP provienen de la izquierda. Son los descontentos con las políticas de Zapatero, los que tienen a sus hijos con carreras y en el paro, por ejemplo. Pero también los que llevan años viviendo en condiciones infrahumanas en Los Pajaritos o esperando un ascensor que prometió la Junta y que no acaba de llegar.

El votante del PP ya no sólo está en Los Remedios o el centro. La dedicación a segmentos de población desfavorecidos explica que el PP ganara en muchas mesas electorales del Polígono Sur en las pasadas municipales -y ahí se ve claramente la colaboración de asesores como Juan José Cortés, padre de la niña onubense Mariluz, que en breve se incorporará al equipo de Zoido- o que las distancias se recorten cada vez en más en Cerro o la Macarena.

Pero el PP necesita algo más para lograr exportar el cambio sevillano a la provincia. Su campaña se ha centrado también en el mundo rural, donde el viento sopla más desfavorable, y ha hablado de PER, de ayudas europeas o de arreglos de caminos rurales. Y, para ello, ha seleccionado con cuidado al auditorio: sindicatos y representantes de asociaciones agrarias y cooperativas, con un mínima base de formación, a quien convencer de que la reforma de Rajoy no es tan mala como la pintan.

Fuera de la capital, los primeros avances se están dando en el área metropolitana. El PP quiere ser el partido de los empresarios, los medianos y también el quiosquero o la peluquera. Ahí hay una bolsa importante de votantes que rondan los 40 años y que han conocido el cambio del PSOE por lo que cuentan sus mayores y por los libros.

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