Elecciones Andalucía

Escuredo irrumpe en campaña

  • El ex presidente de la Junta dice que en el PP "son tan gilipollas, que van 'sobraos" ante las elecciones. Los populares adoptan un perfil de Gobierno y dan por superado el desgaste por la reforma laborall Arenas no se 'moja' con el copago y plantea un nuevo recorte de cargos: miembros de órganos parlamentarios.

Justo en el ecuador de campaña sobrevino la declaración más destemplada. El exabrupto provino del ex presidente de la Junta Rafael Escuredo, que afirmó que el PP "van sobrados; son tan gilipollas que van sobrados", dijo. El dirigente socialista participó en Almería junto al candidato José Antonio Griñán en la entrega de unos premios con los que el partido distingue la lucha por la igualdad y de esta singular manera se refirió a la ventaja que los populares llevan en las encuestas.

Los socialistas insisten en desmentir esa percepción de que el partido ha acabado y que la demoscópica mayoría absoluta del PP será un hecho el 25 de marzo, con posicionamientos incluso algo atrevidos. Griñán, pese a que desde hace dos años más de un centenar de encuestas derrotan al PSOE y sólo le dan la posibilidad de gobernar en alianza, dijo ayer percibir en la calle que su partido puede ser el más votado. Semejantes pronósticos realizó en las municipales en compañía de algunos candidatos en las capitales.

Esas mismas encuestas han investido al PP y a su candidato, Javier Arenas, de un aire de vencedor indiscutible al que le sobran fechas hasta deslizarse al 25-M, como ya le pasó a Mariano Rajoy hace cuatro meses. En esta campaña es el PP quien actúa en el papel de gobierno y el PSOE quien intenta desgastarle, léase la reforma laboral, la subida de impuestos o, estos últimos días, el copago. Ambiguo, como Rajoy, Arenas contesta: "Yo no propondría el copago", pero no desmiente tajante que no lo haría.

En una campaña que ha llegado a su medianía sin sorpresas, el PSOE se amarra a las decisiones del Gobierno de Mariano Rajoy para intentar remontar y aseguran, sin mostrarlos, que poseen sondeos con mejores resultados que los publicados día tras día por diferentes medios de comunicación. Sin embargo, fuentes populares apuntan en privado que la tendencia no ha variado y el PP logra la mayoría absoluta. Las mismas fuentes reconocen que la reforma laboral les perjudicó en su primera semana, y calculan en un punto el descenso en la ventaja. Pero superado el primer impacto, el PP ha regresado a una mayoría absoluta de la que Arenas recela en público para no dar muestras de excesiva confianza.

Mientras, Arenas cabalga hacia el 25-M montado en los ERE y las propuestas "austeras" que ponen en solfa un "despilfarro" del gobierno socialista que ha conseguido calar en la ciudadanía. Ayer, el candidato propuso reducir los cargos políticos de los órganos de extracción parlamentaria (la Cámara de Cuentas, de siete a cinco; el Consejo Consultivo, de 18 a 12; el Defensor del Pueblo Andaluz, de cinco a tres; el Consejo Audiovisual, de once a siete; y el Consejo de Administración de la RTVA, de 15 a 9 representantes).

El PSOE conoce que le hace falta un impulso, un aguijón, un pellizco con el que movilizar a su electorado y abstraerlo de tanto pesimismo. Y en esa línea, con el recurso al insulto, pudo estar el arrebato de Escuredo, que como actor secundario intentó dotar de un aire más visceral a la correcta e ilustrada campaña socialista alumbrada por su candidato y en la que aún no han intervenido ni Manuel Chaves, ni Alfonso Guerra, ni Felipe González, y a la espera de coincidir de nuevo con Pérez Rubalcaba.

El ex presidente se identifica como nadie con la consecución de la autonomía andaluza y por ello atizó en su intervención contra los males que traería a Andalucía un gobierno del PP en la Junta. Siempre viva en el PSOE una de sus ideas fuerza, la apelación del miedo a un gobierno de derechas, Escuredo entró en campaña para exhortar a los andaluces a que sigan confiando en el PP y conservar así la "última trinchera del estado del bienestar" que la derecha pretende "desmantelar".

Cuando no tenía ese perfil tan mitinero, el mismo Escuredo consideraba que no podía haber un retroceso en la autonomía si el gobierno cambiaba de color, porque "nadie puede quitar las competencias que se recogen en el Estatuto", pero entonces Escuredo no quería hacer campaña. Ahora sí ha irrumpido, en Almería, donde hace tres semanas fue investido por la universidad Doctor Honoris Causa.

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