Suma y sigue. Sólo en la jornada de ayer, los 260 efectivos contratados para limpiar los restos del vertido llegados a las costas onubense y gaditana lograron retirar del litoral un total de 185 toneladas de arena y galletas de fuel más, de ésas que fueron lanzadas al mar el pasado jueves, durante las operaciones de descarga del buque SCF Caucasus en la monoboya de la refinería Cepsa La Rábida (Huelva). Esto supone que, hasta el momento y según explicó ayer el coordinador en Huelva del 112, Francisco Huelva, hayan sido recogidos "en total 168 metros cúbicos de crudo, lo que aproximadamente corresponde a 336 toneladas de arena, donde se estima que el contenido de hidrocarburos puede estar entre el 5% y el 7%". Tal y como explicó Huelva, "haciendo cálculos de estas cantidades se estima que ya podrían haber sido recogidas entre 7,5 y 11 toneladas de crudo".

Los trabajos se siguen realizando de forma laboriosa, dado que los residuos son de pequeño tamaño y se encuentran muy diseminados, por lo que tienen que ser recogidos a mano, restos que no han supuesto en ningún momento riesgo para el baño ni para el medio ambiente y que están llegando en menor cantidad que en días anteriores, según especificó la Delegación del Gobierno de la Junta en Huelva.

El operativo, integrado por 260 efectivos, entre ellos, cien mariscadores que estaban en el paro, está organizado en pequeños grupos y cada uno tiene asignado un kilómetro de arenas, salpicadas por lunares de petróleo cuyo tamaño oscila "entre el tamaño de una moneda y el de una galleta maría", según detalló Huelva.

Si bien Salvamento Marítimo asegura que la mancha de fuel se ha esfumado del mar, la realidad es que la llegada de los fragmentos de crudo que continúan depositándose en la playa con la resaca de las mareas es constante. Sin embargo, Huelva quiso dejar muy claro que "el Espacio Natural de Doñana no va a sufrir con este incidente, en absoluto" y que, "si hay tanta gente trabajando no es porque la deposición sea muy grande, sino porque las administraciones entienden que debido al valor emblemático que tiene este espacio, hay que recogerlo cuanto antes".

Las galletas recogidas (una suerte de receta de crudo enharinado en arena) se deposita en bidones que transportan cuatro camiones hasta la planta de la empresa que ha generado el vertido, con sede en La Rábida, "para posteriormente aplicarles a esos hidrocarburos el tratamiento que la Consejería de Medio Ambiente y las autoridades ambientales competentes estimen convenientes para depurarlas y separar la tierra, llevándola a la planta de tratamiento que corresponda", manifestó el coordinador del 112.

No obstante, el coordinador para la limpieza terrestre de Cepsa Refinería La Rábida, Aurelio de la Villa, explicó que en este tipo de casos es bastante probable que el procedimiento que se lleva a cabo sea el de biorremediación. Esto es, la reducción catalizada de químicos complejos (caso del crudo) para su mineralización total. De este modo, aplicando bacterias a la mezcla, éstas se encargan de convertir el hidrocarburo en mineral, de modo que pueda separarse de la tierra. El éxito de este proceso se basa en su bajo costo, la no generación de deshechos y la garantía de la completa degradación del refino de petróleo. La tierra sobrante, tal y como indicó De la Villa, se analiza luego y, confirmada su inocuidad, se destina a distintos usos, como a rellenos para la construcción.

La organización ecologista Greenpeace envió ayer una carta al ministro de Fomento, José Blanco, en la que exigió una investigación "lo antes posible" para depurar responsabilidades y sancionar a los culpables del vertido en las instalaciones de Cepsa, que afecta a buena parte de un paisaje tan vulnerable como el de Doñana.