No ha habido represalias de la dirección de la empresa contra el trabajador, no se registra ningún modelo de mobbing o acoso laboral en la actitud de la jefa a su subordinado. "No hay nada de lo que es absolutamente necesario para considerar" la demanda del ex director de Promoción de Invercaria, Cristóbal Cantos, contra la sociedad y su ex presidenta, Laura Gómiz. Eso es al menos lo que sostuvo ayer el fiscal en sus conclusiones en la vista oral del juicio, por lo que pidió su desestimación. Cantos pedía la nulidad de su despido y una indemnización de 300.000 euros. También el abogado defensor de Invercaria, Carlos García Quiles, y la letrada de Gómiz, Elia Hernández, pidieron la desestimación y una multa para Cantos. "Las presiones eran meras discrepancias menores y no existe ni color de acoso", señaló García Quiles, para quien Cantos ha actuado por "despecho personal".

El abogado de Invercaria lamentó que "el daño ya está hecho" y subrayó el "linchamiento" al que ha sido sometida la ex presidenta de la sociedad pública.

Las polémicas grabaciones de las conversaciones entre el ex directivo y Gómiz no se escucharon en la vista, si bien el juez, Pablo Surroca, las admitió como prueba. Ambas partes acordaron que la audición no era necesaria. El perito que analizó las grabaciones por encargo de Invercaria, Miguel Ángel Torres, de Graudio Acústica, declaró en el juicio que "hay evidencias de manipulación" y que existe una "edición posterior a la grabación".

Todos los testigos del caso coincidieron en negar alteraciones de los expedientes y falsificaciones de documentos, como denunció Cantos, quien sostiene que su despido de Invercaria fue una "represalia" por negarse a avalar esas irregularidades. En su declaración, el ex director de Promoción afirmó que entre abril y mayo de 2011 se sintió "aislado, ninguneado, y recibí un trato denigrante" por parte de la ex presidenta.

Gómiz, por su parte, se mostró "muy contenta" por el desarrollo de la vista y agradeció el "respaldo" de "todos los testigos".