Vivienda El sector cree que la situación del mercado de la protección oficial ha empeorado en 2009 con respecto a 2008

La financiación asfixia a la VPO

  • Los promotores afirman que el 70% de adjudicatarios y empresarios no consiguen ningún crédito · La Junta estudia fórmulas para garantizar al banco sus préstamos si hay problemas, sin llegar a ser avalista

La realidad es ésta: una promotora malagueña, que prefiere mantener el anonimato, acaba de finalizar un proyecto de 102 viviendas protegidas. De todas las personas que han sido beneficiadas en el sorteo, ninguna han accedido a la compra. Cero. Raquel Ramírez, sevillana, logró una hipoteca tras presentar hasta tres avalistas, sólo 24 horas después del día en que se entregaron las llaves. Pero su bloque todavía sigue medio vacío: sólo 14 de 28 viviendas están habitadas. La lista para adjudicar las VPO va saltando cada vez más números, incluso miles, hasta llegar a conseguir un propietario.

La patronal andaluza de los constructores, Fadeco, estima que el 70% de adjudicatarios y empresarios no accede a ningún préstamo. Las inmobiliarias consultadas afirman que en 2008 el grifo sufrió un "cierre paulatino" que en 2009 se ha convertido en "radical". Algunas llegan a decir que el grifo no existe.

Y todo ello en un contexto de esfuerzo por parte de la Administración. El plan concertado de la vivienda, aprobado el año pasado, prevé la construcción de 300.000 VPO en cuatro años. Sólo en ayudas, la Junta ha reservado 1.900 millones, para que el beneficiario no cargue con más de un tercio de su renta en el caso de la venta y un cuarto en el del alquiler, límites fijados en el plan. Y hay 180 millones previstos para la reserva de suelo. Pero los bancos siguen sin prestar, a pesar del convenio con Vivienda en el que 35 entidades comprometieron 9.550 millones.

La Junta no es tan pesimista como los promotores. Rafael Pavón, director general de Vivienda, dice que "el grifo se empieza a abrir" y espera "que se abra más con el inminente convenio estatal", que fijará el tipo de interés. Se estudia además que la Junta sea garante de la financiación, "no como avalista, pero si interviniendo si falla algo; una fórmula podría ser que si una vivienda no se vende, nos hacemos cargo".

Se buscan fórmulas para salir de un círculo vicioso. Si no se conceden hipotecas, no hay créditos al promotor y tampoco se compra suelo. "Más que el tipo de interés, importa más el perfil del solicitante: menor de 35 años y con contrato temporal. De concederse hipotecas alegremente se ha pasado al otro extremo", dice un promotor. Otro va más allá: "Ya no sirve que el cliente tenga una nómina, sino que se analiza en el sector en que trabaje; tampoco es suficiente con que un familiar te avale".

Al margen de la financiación, la Junta busca agilizar los trámites para que se pueda calificar una promoción como VPO, ya que es una salida en teoría más fiable ahora que la vivienda libre. Es cierto que ha crecido el número de viviendas terminadas. Y las 14.202 calificaciones provisionales son un buen dato, aunque Emilio Corbacho, secretario general de Fadeco, frena el optimismo: "Es un puro acto administrativo que puede dar lugar a engaño. Si no hay financiación, no construye", afirma.

Corbacho aplaude el esfuerzo para flexibilizar procedimientos, pero avisa: "Si no hay préstamos, lo único que conseguiremos es que nos digan que no más rápido". ¿Solución? Algunos apuntan que, mientras la banca no se libere de la carga que supone el stock de vivienda libre, la situación difícilmente cambiará. Entre las medidas que pondrá en marcha el Ministerio de Vivienda está la elaboración de un mapa de ese stock, para ver qué parte de él es susceptible de ser vendida con rapidez. Una solución sería convertir una buena parte en VPO y en Andalucía, de hecho, ya hay más de 4.000 solicitudes para ello. Lo que ocurre es que se compró y vendió a un precio tan disparatado que en muchos casos no es nada rentable hacerlo. "La vivienda protegida tiene que sustentarse en el mercado de la libre; si no hay equilibrio, habrá problemas", dice Corbacho.

La ley del suelo, que obligaba a los municipios a reservar un 30% para VPO, es de hace tres años y sus efectos comenzaban a notarse ahora, justo cuando se hunde la construcción. En época de boom inmobiliario, y sin reserva, la VPO era casi una rareza. Si la situación mejora, y dada la apuesta de las Administraciones, la VPO será muy beneficiada. Hay potencial de futuro, y eso lo admiten los propios promotores.

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