Pedro Gozálvez Olmo, fiscal de Menores de la provincia de Cádiz, fue uno de los ponentes que participaron ayer en el III Congreso Juventud y Seguridad celebrado en la Escuela Superior de Ingeniería de la Universidad de Cádiz.

-¿Cómo ve la Fiscalía de Menores las últimas detenciones de menores por tráfico de droga a pequeña escala?

Nos preocupa el aumento del maltrato de menores a sus padres por limitarles el acceso al móvil"

-Son delitos que todos los años aparecen en la memoria de la Fiscalía. Puede ser anecdótico o puntual pero el tráfico de droga a pequeña escala siempre figura. Siempre hay menudeo, aunque creo recordar que se ha reducido un poco este año. Es frecuente tanto en el centro educativo como entre los propios menores, jóvenes que son sorprendidos por la Policía con unas cuantas bellotas de hachís, con cantidad de dinero, entregándole a otro...

-¿Y con esos menores qué se hace?

-Se busca el interés primordial del menor. ¿Esto qué quiere decir? Que se busca la intervención más personal, para saber la situación familiar, a efecto de imponerle la medida más adecuada a esa circunstancia. Con un tratamiento y un control. Se suele imponer también libertad vigilada. Y algún trabajo en beneficio de la comunidad.

-También en los últimos tiempos están teniendo que enfrentarse a adicciones de menores a las nuevas tecnologías.

-Es un tema que nos preocupa mucho. Porque estamos apreciando un aumento de los delitos cometidos por menores por esta circunstancia. Delitos que pueden ser de maltrato familiar, fundamentalmente, de menores que, por su adicción al móvil, a las redes sociales, a las nuevas tecnologías, llegan incluso a atacar, a agredir a sus propios padres, que tratan de poner límites. Se han dado casos de menores que agreden a sus madres por ser castigados sin móvil. En Granada a un menor llegó a acuchillar a su madre porque lo había sacado de su habitación, donde llevaba mucho tiempo recluido con el ordenador, con las redes sociales. Son delitos que están aumentando, es algo que se nota. Es una adicción que está llegando con más fuerza y que habría que tratar, antes de que llegue al ámbito penal, desde la propia familia y los educadores, a nivel asistencial, psicológico, para evitar que lleguen a producirse este tipo de situaciones.

-¿Ha planteado la Fiscalía de Menores algún tipo de normativa que impida a los menores tener acceso de una manera tan descontrolada a todas esas nuevas tecnologías?

-Internet debería ser un terreno restringido. Para poder acceder a determinados contenidos debería pedirse autorización, pero ocurre al revés, se puede entrar donde se quiera, salvo que haya un control parental. Entonces estamos ante un terreno infinito, donde existe de todo con un grandísimo perjuicio para los menores. Imaginemos que un menor sale a una plaza llena de carteles pornográficos. Seguro que nos escandalizábamos y nos preguntaríamos cómo se permite algo así. Pues eso es internet tecleando la palabra correspondiente. Sin duda que la ley tiene que avanzar en el sentido de no permitir que eso se produzca. La ley debería ser mucho más restrictiva en este sentido.