Andalucía

El juez busca más claves en la muerte de Gabriel Cruz con el interrogatorio a la abuela

  • La mujer fue el último familiar que vio al niño con vida antes de que se lo llevara Quezada

Miguel Ángel Torres y Francisco Torres, abogados de la familia de Gabriel Cruz.

Miguel Ángel Torres y Francisco Torres, abogados de la familia de Gabriel Cruz. / rafael gonzález

Carmen Sicilia, 84 años. Ella fue la última familiar que vio con vida a su nieto Gabriel Cruz, instantes antes de que se lo llevara la pareja del padre del niño, Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte del menor. Esta mujer acudió ayer a declarar en calidad de testigo ante el juez Rafael Soriano, que investiga el caso. El instructor intenta hallar todas las claves posibles que rodean la desaparición y posterior muerte del pequeño. Gabriel Cruz salió la tarde del 27 de febrero de la casa de su abuela. No se supo de él hasta doce días después, cuando su cadáver fue descubierto por agentes de la Guardia Civil en el maletero del coche que conducía Quezada en La Puebla de Vícar. La mujer, encarcelada en la prisión de El Acebuche, en Almería, es investigada por los delitos de asesinato, detención ilegal y contra la integridad moral.

Al igual que hicieron el día anterior los padres del niño, la abuela llegó con total discreción a la Ciudad de la Justicia de Almería. Allí prestó declaración durante menos de una hora.

El relato de Carmen Sicilia se considera fundamental para la instrucción, al ser la única persona que puede concretar si el niño se fue de su casa de Las Hortichuelas Bajas antes que su presunta asesina, si fue al revés o si se fueron juntos. La abuela es también la que puede determinar cuánto tiempo estuvo Quezada fuera del domicilio y cómo se portó durante los momentos iniciales de incertidumbre. Y es que cuando la abuela fue a buscar a Gabriel a casa de su prima y no lo encontró allí, la pareja del padre del niño fue la que inició la búsqueda junto a ella.

Quien sí habló a la conclusión de la declaración de Carmen Sicilia fue el abogado de los padres de Gabriel, Francisco Torres, que junto a su hermano Miguel Ángel ejerce la acusación particular en esta causa. Para el letrado, los progenitores del niño "han abierto una especie de brecha de esperanza de que se puede ser incluso extraordinariamente digno en un asunto tan macabro como éste. Nosotros queremos transmitir el pesar y el dolor de una situación tan horrible que con tanta dignidad han llevado tanto Patricia como Ángel", dijo, apostillando que lo que espera es que "se haga justicia aunque al pobre Gabriel nadie lo va a devolver ya".

Por su parte, el abogado de Quezada, Esteban Hernández Thiel, reclamó una vez más "serenidad" porque "la única manera de impartir justicia y que ésta sea justa es desde la serenidad". Sobre la declaración de la abuela del niño afirmó que hubo en ella "sentimientos personales que hay que respetar mucho". "Creo que cuando se trata de resolver conflictos sociales, hay que valorar no sólo el efecto inmediato, sino también a largo plazo, cuál es el mejor remedio social y la manera más adecuada de impartir justicia".

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