DIRECTO Jueves Santo en Sevilla, en directo | Semana Santa 2024

El tiempo El tiempo en Sevilla para el Jueves Santo y la Madrugada

Puntadas con hilo

La táctica de los motines

  • La izquierda chantajea con romper el pacto con Espadas con métodos que sólo pueden ser legítimos dentro del juego político más burdo, porque adolecen de razón y sucumben a la ilegalidad

La oposición en el Ayuntamiento de Sevilla le ha estado haciendo un favor hasta ahora al alcalde Juan Espadas. Sorprende, fuera y también dentro, que el socialista haya podido gobernar en minoría como si gozase de la mayoría absoluta. Sin apenas sobresaltos. Pero el escenario ha empezado a cambiar.

Tiene que ver que ya se ha superado el ecuador del mandato y que el reloj ya cuenta hacia atrás. También que el PP se ha reorganizado internamente y que, a pesar de que aún está por definir su estrategia y su candidato, ha inaugurado una nueva etapa también tras la marcha de Zoido y el cierre de sus heridas internas. Y a ello se suma algo más. Mientras que IU se muestra como una formación cada vez más despersonalizada y Ciudadanos, hipotética llave tanto para el gobierno como para la el principal grupo de la oposición, se consolida en una situación de indefinición permanente, en este nuevo tiempo también la izquierda radical que le dio el respaldo a Espadas para permitir que fuera el alcalde con menos votos que el PP busca a su público a base de motines, que parece que uno de sus fuertes.

Hasta aquí todo esto sería normal -parte de una estrategia política burda pero lógica, guste o no guste-, de no ser porque los argumentos y los métodos utilizados por estos últimos son un pulso que entra de lleno en la ilegalidad. Y aquí salen a relucir los riesgos que corrió hace dos años Espadas con su pacto de investidura. Hasta ahora no le ha dado mucho dolor de cabeza, más que el de hacerlos entrar en razones más de una vez por su desconocimiento del funcionamiento de la maquinaria municipal.

Espadas corrió riesgos al pactar con la izquierda más radical para lograr su investidura y hasta ahora no le ha dado eso mucho dolor de cabeza

Pero cuando empieza a oírse la palabra moción de censura y se amenaza con romper el pacto… la cosa cambia. Y lo hace porque ya no se trata sólo de una crisis interna, que haberla puede haberla en cualquier gobierno, sino de un puro chantaje. Y es entonces cuando se pierde la razón. 

¿Qué es lo que ha desencadenado esta situación? El desalojo de un grupo de trabajadores de Lipasam apoyados por concejales de IU y Participa Sevilla que trasladaron la manifestación que desde hace meses mantienen ante las puertas del Ayuntamiento a su interior. La protesta de los trabajadores, contratados intermitentemente entre 2013 y 2016 por Lipasam, persigue que se les declaren indefinidos, igual que se hizo con otros empleados que formaban parte de la antigua bolsa de empleo de 2005. Pero los tribunales han fallado en su contra. Por tanto, si el Ayuntamiento atendiera esta protesta estaría prevaricando o ejerciendo prácticas de enchufismo.

Está clara que la solución tiene que ser otra, que urge ya y, sobre todo, también que tiene que buscarse por otros medios. Porque aquí, lo que menos importa, es el fondo de la manifestación, que en este y todos los casos es muy legítima. Pero un día son los interinos de la educación, otro los empleados de Lipasam… seguro que no faltan excusas para forzar nuevos desalojos de la Casa Consistorial, que tiene sus normas y sus protocolos. No debería sorprender que entrar y acampar en el interior del Ayuntamiento o manifestarse por sus pasillos tuviera sus límites.

Encierros masivos para propiciar desalojos violentos... revueltas, mucho ruido, todo esto aparece en la hoja de ruta del Participa Sevilla

La izquierda tiene trazada su hoja de ruta. Encierros masivos, revueltas… Todo sea por demostrar la violencia del gobierno y la opresión del pueblo que quieren representar. Y mucha difusión en las redes sociales de vídeos que, dicho sea, demuestran más desproporción en la reacción de los manifestantes desalojados que en la fuerza de quienes los desalojan.

Al margen de la abnegación a la causa de Participa Sevilla que demuestra un partido como IU, con sólo dos concejales pero con un electorado fiel y con la ideas muy claras, asombra también hasta dónde parece dispuesta la izquierda radical a llegar en su campaña de desgaste contra el gobierno de Espadas. Otra cosa es que cuenten o no con el respaldo de sus asambleas. Y en la del sábado pudo verse: una treintena cuanto más de asistentes. IU convocó el pasado viernes "con urgencia" para la tarde de este lunes. Es hora de hacer balances y medir grados de cumplimiento; seguro que no faltan motivos para criticar al gobierno y deberían sobrar propuestas de la oposición. Eso sí, en otra clave más constructiva.

Pero hay concejales que respiran por la herida de sentirse ninguneados, dicen, y ¿estarían dispuestos a entregar el bastón de mando al PP? ¿Es esto lo que están dando a entender con las declaraciones de los últimos días concejales como Susana Serrano que ya ha anunciado que barajan todas las posibilidades para cambiar el Ayuntamiento? Difícil de creer. ¿A qué están jugando entonces?

¿Va a permitir Participa Sevilla e IU que el alcalde sea un concejal del PP? Para que una moción de censura prospere necesitan la firma de 16 concejales, y ambos sólo suman 5, y un candidato

Volviendo a los reglamentos, se necesitarían 16 concejales que firmasen a favor de la moción de censura para derribar a Espadas y un candidato al que hacer alcalde. Participa Sevilla e IU sólo suman cinco concejales. Si se le sumasen los tres de Ciudadanos, y parece complicado, serían ocho. Es decir, que necesitarían como mínimo ocho del PP para sacar adelante su iniciativa. Llegados a este hipotético escenario no parece creíble que el alcalde fuese de otro partido que no el mayoritario.

Y a todo esto, ¿qué dice el PP? De momento no se ha pronunciado pero seguro que anda frotándose las manos ante el escenario que se abre para los próximos meses de río revuelto. A ver de quién es la ganancia y quién logra salir más airoso de este embrollo que, cuanto menos, también es una oportunidad para demostrar la talla política.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios