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España se convierte en el "sumidero europeo" de miel china de baja calidad

  • El precio de entrada en nuestro país es el más bajo de toda la Unión Europea COAG pide al Gobierno que colabore en la investigación iniciada por Bruselas.

Los apicultores españoles han dicho basta a una situación que se viene agravando año tras año. La competencia desleal que, a su juicio, ejerce China ha tocado techo. Desde el año 2007 se han multiplicado por 4,5 las importaciones de miel del país asiático a unos precios que echan por tierra la rentabilidad de los apicultores no sólo españoles sino también del conjunto de la UE

Según ha denunciado la asociación agraria COAG, producir en España un kilo de miel con los estándares de calidad exigidos por Bruselas tiene un coste que oscila entre los 2,29 y los 6,50 euros el kilo. Por el contrario, el precio de la miel china -de baja calidad- se situó el pasado año en 1,30 euros el kilo en nuestro país, cifra incluso inferior al de la media comunitaria, fijada en 1,37.

Ya en junio del año pasado Copa-Cogeca, la organización que agrupa a las cooperativas y organizaciones agrarias de toda Europa, remitió una carta al comisario europeo de Comercio, Karel De Gucht, alertando de la competencia desleal china con este producto. A juicio de los apicultores europeos, "la diferencia entre el precio de entrada de la miel china y el coste de la producción de la miel comunitaria nos hace dudar de los métodos de producción y elaboración, así como de los costes derivados del cumplimiento de la normativa europea", según explica Ángel Díaz, responsable del sector apícola de COAG.

Esta misma fuente apunta que, un año después de aquella misiva, está a punto de salir a la luz el resultado de un cuestionario que la Dirección General de Sanidad Animal de la CE envió en su día a los Estados miembros para recabar información acerca de los controles que se efectúan normalmente en los distintos países, tanto a las partidas de mieles procedentes de otros estados comunitarios, como a la proveniente de terceros países (caso de China). La fecha límite para responder a estas cuestiones expiró el pasado sábado 31 de mayo, por lo que aún no se conoce oficialmente su resultado.

COAG ha aprovechado la oportunidad que brinda la elaboración de este cuestionario para pedirle a los ministerios españoles de Sanidad y Agricultura que exijan la armonización en los controles fronterizos veterinarios y en los del mercado interior comunitario. "Las importaciones de baja calidad y los sucedáneos de la miel son elementos distorsionadores del mercado que ejercen una presión directa sobre los precios y la calidad final en el mercado de la UE, perjudicando tanto a los apicultores como a los consumidores europeos", advierte Ángel Díaz.

Para esta misma fuente es imprescindible que las autoridades de Bruselas "garanticen de una vez por todas las mismas reglas de juego para productores de la UE y de terceros países". No hay que olvidar, además, que la legislación china permite el uso de productos fitosanitarios prohibidos por las normas comunitarias, y que ya durante los años 2002, 2003 y 2004 la Unión Europea prohibió su venta por contener residuos de antibióticos.

Y es que además de los bajos precios, la entrada de miel china en España no ha parado de aumentar en los últimos años. Si en 2007 suponía el 39% sobre el total de importaciones, esto es, 3.294 toneladas, en 2013 ha pasado a representar el 86%, hasta las 14.751 toneladas.

Asia se ha convertido de esta forma en el principal continente productor de miel, con el 42% de la producción mundial, seguida de lejos por Europa, con el 23%. Se da la circunstancia de que el Viejo Continente es deficitario en este alimento, toda vez que produce una media de 215.000 toneladas y debe importar un 60% más para satisfacer la demanda que crece año tras año.

Para Europa supone una actividad económica importante y crucial para la polinización de los cultivos. Ante este escenario, el secretario general de Copa-Cogeca, Pekka Pesonen, ya señaló en su momento que la entrada masiva de miel china ha provocado que los apicultores europeos sean incapaces de obtener una renta digna. Explicó que en estas condiciones "se necesitaría multiplicar por tres el número de colmenas necesarias para ganar una renta digna y poder vivir de esta actividad lo cual, a todas luces, no es factible", precisó.

España, por su parte, dispone de 2,3 millones de colmenas, cifra que representa el 17% del censo de la UE, siendo el valor de su producción superior a los 60 millones de euros anuales, entre miel, polen y cera.

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