Rafael sánchez de puerta. Presidente del Grupo Diálogo Civil de hortalizas y aceite de la CE

"En Bruselas las cosas no son fáciles para los cultivos mediterráneos"

  • Califica de absurdo el comportamiento del Gobierno de Donald Trump con el sector de la aceituna de mesa española y advierte que es sólo la punta del iceberg

Rafael Sánchez de Puerta confiesa que lo que más le preocupa de la nueva PAC es la asignación presupuestaria.

Rafael Sánchez de Puerta confiesa que lo que más le preocupa de la nueva PAC es la asignación presupuestaria. / M. G.

Dispuesto a la lucha. Así se muestra en esta entrevista el presidente del Grupo de Diálogo Civil de Frutas, Hortalizas, Aceite de Oliva, Aceitunas y Bebidas espirituosas de la Comisión Europea. A lo largo de la conversación queda claro que moverse en Bruselas es realmente librar una batalla tras otra, sector a sector, pero Rafael Sánchez Puerta tiene claras las necesidades de España y de sus agricultores.

-Ha sido nombrado presidente del grupo de Diálogo Civil Horticultura, Olivo y Bebidas Espirituosas de la CE. ¿Oye la Comisión Europea los problemas reales de los agricultores a la hora de tomar sus decisiones?

"Bruselas cada vez legisla más sin tener en cuenta la singularidades de cada uno de los sectores"

-Pienso que sí. Las cosas en Bruselas nunca son fáciles, especialmente para los sectores mediterráneos, como el olivar y el hortícola, menos conocidos que los grandes cultivos continentales pero con enorme repercusión económica y social. Pero debemos ser conscientes de que somos los sectores los que debemos provocar los cambios en la Comisión Europea.

-¿Y qué se puede hacer?

-Lo que no se propone no existe, por lo que lo fundamental es que, desde los sectores, se hagan propuestas suficientemente consensuadas por producción, industria y comercio y por todos los países. Esto no es fácil, pero es fundamental para lograr orientar a la Comisión hacia nuestros intereses. Muchas veces se hacen debates sin el suficiente consenso que no nos llevan a ningún lado. Por esto, es tan importante el debate con la Comisión como las reuniones previas entre los componentes del sector para alcanzar estos consensos.

-¿La burocracia puede ser el peor enemigo?

-Todos sabemos que la maquinaria de Bruselas es enormemente lenta y pesada, por lo que cambiar una corriente es muy complicado. Especialmente complicado es cuando intentas defender cuestiones que afectan a otras direcciones generales distintas a Agricultura como son la de Competencia, Sanidad y Consumo etc. Por otra parte, Bruselas cada vez legisla más de manera horizontal, para todos los sectores productivos sin tener en cuenta las singularidades de cada uno. Intentar cambios para sectores concretos es lento y complicado. Tal es el caso con la propuesta que desde el olivar defendemos, como es que se nos permitan medidas de control de oferta y demanda, organizadas por el sector, para estabilizar producciones en beneficio de los agricultores y especialmente los consumidores.

-¿Lograrlo es parte de la misión del grupo que preside, no?

-Cada sector deberá plantear sus propuestas concretas. En el caso del olivar, seguiremos trabajando en el mecanismo expuesto de adecuación de oferta y demanda, la aplicación de la cata organoléptica con mayor seguridad jurídica para las empresas, en defender campañas de promoción del aceite de oliva en el mundo, en homogeneizar las normas de comercialización a nivel internacional, en las relaciones de la Unión Europea con el Consejo Oleícola Internacional, etc.

-En el tema de la oliva hay sobre la mesa una cuestión espinosa: las trabas que Estados Unidos está poniendo a la exportación de aceituna de mesa. ¿Se está haciendo lo suficiente? ¿Qué se puede hacer para luchar contra situaciones como éstas?

-Creo que las empresas están haciendo lo correcto, que no es otra cosa que atender los requerimientos de la Administración americana, algo que de por sí ya resulta complicado por el nivel de información que están exigiendo. Pero creo que la clave de esta cuestión es la negociación política. No tiene ningún sentido que un sector completo, como es el de la aceituna de mesa, de todo un país, como es España, sea sancionado por unas ayudas que son o directamente adjudicadas por Bruselas o autorizadas por ésta y por un modo de mercado supervisado por las normas comerciales de la Unión Europea. Es absurdo. Se puede sancionar a una empresa por hacer algo mal, ¿pero tiene sentido sancionar a todas las empresas de un estado miembro de la Unión Europea? Si hubiese algún culpable, que no lo hay, sería la UE, pero en absoluto las empresas de un país que funcionan conforme a sus normas comerciales o que se benefician de sus ayudas. Es simplemente absurdo.

-¿Teme que Estados Unidos lleve a otros productos esas dificultades a las importaciones españolas?

-Si este experimento les saliese bien, sin duda. Esto sólo es la punta del iceberg. Por tanto, es fundamental que la Unión Europea muestre todo su poder en la resolución de este asunto.

-La climatología ha afectado a la aceituna de mesa y en aceite la campaña será ajustada. ¿Esperan buenos precios? ¿Se logrará vía precios compensar el descenso de la producción?

"En el tema de las trabas de Estados Unidos a la aceituna española, la clave es la negociación política"

-Llevamos acumulados tres años con pluviometría por debajo de la media, lo que ha hecho que las producciones sean muy ajustadas a la demanda y esto está haciendo que tengamos buenos precios. Este año todo hace indicar que será el cuarto que mantengamos esta situación.

-¿Tiene potencial de crecimiento el mercado para el aceite de oliva español? ¿Hacia dónde, geográficamente?

-Sin lugar a dudas, tiene muchísimo potencial y nuestra vocación debe ser el de suministradores de aceite de oliva en todo el mundo. España líder indiscutible en producción, también lo es ya en comercialización, y creo realmente que esto sólo acaba de empezar. Pero eso sí, necesitamos grupos empresariales mercantiles o cooperativas con potencial internacional. Esto será fundamental para nuestro desarrollo.

-En el sector hortícola, las exportaciones siguen marcando récords ¿no?

-Así es. Los consumidores hemos decidido comer cada vez de manera más saludable y esto lo estamos notando claramente en sectores como el hortofrutícola o el aceite de oliva, por supuesto virgen extra. Por otra parte, cada vez producimos mejor, con mayor seguridad alimentaria y de manera eficiente y competitiva por lo que nuestro posicionamiento en los mercados internacionales no deja de crecer.

-La escasez de agua es uno de los principales problemas para todos los cultivos. ¿Qué se puede hacer? Y ¿Por qué no se ha hecho ya lo suficiente si es una situación cíclica?

-Creo que ese es el mayor reto que tenemos por delante. La Administración no puede quedar al margen como si todo estuviese resuelto cuando no lo está. No es compatible que se impida a un agricultor buscar agua para echar a sus olivos 500 metros cúbicos de agua al año, al tiempo que hay otros con concesiones de 10.000 metros cúbicos por hectárea y año y regando por gravedad. No se trata de quitar nada a nadie, pero sí hay que poner sentido común y, por supuesto, aprovechar el 100% del recurso. España con una buena gestión del agua sería un país con pleno empleo. No tengo ni la menor duda.

-¿Qué es lo que más le preocupa del nuevo marco de la PAC 2020?

-El presupuesto. A partir de esto, la nacionalización de la PAC. En un mercado único debe haber normas únicas. En tercer lugar, las medidas de mercado. El sector agrario, tan dependiente de la climatología no puede quedar exclusivamente regulado por las leyes de oferta y demanda. Hay que permitir que los sectores se autorregulen en su propio beneficio y en el de los consumidores.

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